El litigio busca 500 € para cada usuario demandante a modo de compensación y medidas cautelares por parte de la empresa sobre las siguientes violaciones:
No obtener "consentimiento efectivo" para utilizar datos
Implementación de una política de datos jurídicamente inválida
Monitorización de usuarios online fuera de Facebook mediante el botón "Like"
Utilizar bases de datos para monitorizar usuarios
No hacer Graph Search opcional
Traspaso no autorizado de datos de usuarios a apps externas
Schrems comenzó su batalla legal con Facebook en 2010 después de solicitar a la red social todos sus datos personales para una investigación. La respuesta de Facebook fue un PDF de 1.200 páginas sobre Schrems que contenía direcciones IP, logs de mensajes con geolocalización, actividad en aplicaciones y horarios de acceso.
Ante la naturaleza de los datos almacenados, Schrems fundó la plataforma Europe versus Facebook para impulsar cambios en las políticas de la red social. Aunque Facebook ya ha rectificado algunas de sus prácticas, el austríaco asegura que los legisladores irlandeses están bloqueando la mayoría de las exigencias de su plataforma.
"El caso lleva abierto tres años. Por ahora no hay decisión. Suelen prometer algo 'el mes que viene' o 'pronto', pero no se ha producido ningún compromiso vinculante respecto a las quejas desde hace tres años", comenta Schrems a Wired. "Mucha gente en Irlanda dice que hay una intensa presión política y económica para que no se aplique la ley a los gigantes estadounidenses desde allí".
El responsable de la demanda explica que parte del problema es que el público no conoce la cantidad de datos que Facebook maneja, aunque esto no es una excusa para utilizar políticas confusas: "Es el trabajo de la industria hacerlo claro y sencillo. Culpar al usuario es totalmente absurdo. La protección de datos europea también requiere que el consentimiento sea 'no ambiguo e informado'".