La gente sigue hablando como si estuviésemos en plena guerra de consolas, pero Xbox hace tiempo que se salió de ese juego. Microsoft no está compitiendo por vender consolas, está construyendo un ecosistema donde lo importante es que juegues sus juegos, estés donde estés: en una Xbox, en un PC, en la nube o incluso en otras consolas.
Game Pass, el juego cruzado, la compatibilidad intergeneracional y ahora llevar títulos a PlayStation y Switch no son señales de debilidad, sino parte de una estrategia diferente. La consola Xbox es solo un dispositivo más, no el centro del negocio. Lo que les interesa es venderte software y servicios, no necesariamente una caja.
Seguir juzgando a Xbox con la lógica clásica de “quién vende más consolas” es no entender el modelo al que se están moviendo. Sony y Nintendo siguen apostando por el modelo tradicional, y les funciona, pero Xbox está jugando otra partida.