Aquí somos cuatro gatos comparado con el mercado masivo, ese que compra todos los años el CoD o se gasta el dinero en Fortnite o Genshin Impact. Si el negocio fueran los exclusivos como a nosotros nos gusta pensar, Sony hubiera seguido el camino de PS3 (no PS4, que aunque tuvo en general una mejor gestión que la actual PS5, la cantidad y variedad de desarrollos propios y exclusividades fue menor a la anterior generación), y eso solo ocurrió porque tenía en frente a una MS muy competitiva con su 360, esa fue la verdadera razón, la pérdida de third parties que antes solo publicaban en PS los forzó a crear un catálogo propio que atrajera usuarios. Sin competencia desde noviembre de 2013, está claro que para Sony los exclusivos importan cada vez menos, y aunque no me atrevería a asegurarlo, no me extrañaría que en media década veamos sus juegos potentes en otras consolas, justo siguiendo el camino de MS. Lo curioso, es que entre tanto cambio en la industria, la muerte de los exclusivos, la nube, los servicios, los GaaS, PlayStation sigue siendo una marca muy sólida que quizá ni perdiendo ese componente de los exclusivos se vea realmente afectada, porque ya sucede, todos sus juegos salvo dos o tres que no han llegado a PC (Gran Turismo 7, Demon's Souls o Astro Bot), aún así la máquina sigue vendiendo al mismo ritmo que PS4, con todo el tema económico global en contra, precios más elevados pero sin competencia, y esa es la clave. Si Switch 2 pega un mazazo duro y le quita muchos números a PS5 en los siguientes años, ese puede ser el detonante para que Sony vuelva a las andadas de crear un catálogo only on. De lo contrario, las cosas seguirán igual e insisto, para nada sería extraño ver God of War en 2030 corriendo en una futura Xbox o en la misma Switch 2, si lo que buscan es solo rentabilidad por encima de cualquier cosa, no es para nada una idea descabellada.