Durante muchos años Intel fue la compañía de chips más valiosa del mundo gracias en gran parte a su tecnología de procesadores x86, que a lo largo de décadas han triunfado sobre los chips de cualquier otra empresa tanto en ordenadores de sobremesa como en portátiles. Sin embargo, la compañía está pasando por la peor crisis de su historia y para capearla ha puesto en marcha un plan que contempla entre otras medidas despedir a más de 15.000 empleados, suspender el dividendo, revisar todos los negocios y convertir a Intel Foundry en una filial independiente con su propia junta operativa pero sin abandonar su estructura.
En lo que llevamos de año las acciones de Intel han bajado más de un 50 % y la compañía tiene una capitalización que ronda los 90.000 millones de dólares. Qualcomm debería poner bastante más dinero sobre la mesa para convencer a la junta directiva y a los accionistas. En cualquier caso, siempre serán menos que los 290.000 millones de dólares en los que llegó a estar valorada Intel en su mejor momento. Por su parte, las acciones de Qualcomm han subido un 20 % durante el 2024 y el mercado valora la compañía en 190.000 millones de dólares.
La operación que llevaría a Intel a las manos de Qualcomm pasaría a la historia y sería de una envergadura que iría más allá del montante de la transacción. Intel es un gigante cuyos procesadores se encuentran en la mayoría de ordenadores de sobremesa y portátiles, mientras que Qualcomm domina el mercado de los chips para móviles con Android. Ahora Qualcomm quiere abordar el mercado de los portátiles, pero atrapar a Intel en este sector no será sencillo. Las dos últimas generaciones de chips Intel no han sido las mejores, pero su crisis se explica por la fuerte inversión en Intel Foundry con el objetivo de competir con TSMC.
Si algún día Qualcomm e Intel llegan a un acuerdo de compra faltará que reciba el visto bueno de los reguladores. La unión de estos dos gigantes de los microprocesadores suscitaría muchas preocupaciones antimonopolio, pero también se podría ver como una oportunidad para reforzar la ventaja competitiva de Estados Unidos en el sector de los chips. Además, Qualcomm podría vender activos o partes de Intel. Por ejemplo, desprenderse de Intel Foundry.