Según informan diferentes medios como Reuters, The Verge, Bloomberg, Financial Times y Nikkei, SoftBank ha entablado conversaciones con la mayor parte de las grandes tecnológicas, incluyendo Apple, Amazon, Nvidia, Samsung, Intel y Alphabet (Google). Todas ellas tienen intereses en ARM, pues es la compañía responsable de diseñar los chips que equipan sus dispositivos. Hablamos de procesadores para teléfonos móviles, servidores, ordenadores, portátiles, superordenadores… Los diseños y la arquitectura ARM están en todas partes.
Por ejemplo, los procesadores Apple Silicon usan arquitectura ARM, igual que los chips Graviton de Amazon Web Services, los Exynos de Samsung, los Google Tensor de Alphabet y los superchips Grace Hopper de Nvidia. Por su parte, Intel colabora con ARM para fabricar chipsets móviles a 1,8 nm. La competencia pasa por adoptar la arquitectura RISC-V en el que trabajan compañías como Qualcomm y NXP Semiconductors.
La idea de SoftBank es negociar con estas tecnológicas para que se conviertan en inversores clave de ARM y pasen a ser sus accionistas a largo plazo. El objetivo es reforzar vínculos, aumentar el atractivo de las acciones y estabilizar su precio. Fuentes de Bloomberg aseguran que la operación podría dar como resultado una recaudación de hasta 10.000 millones de dólares. Las mencionadas compañías serán accionistas importantes, pero ninguna tendrá un puesto en el consejo de administración de ARM ni podrá tomar el control de la empresa.
Antes de que ARM salga a bolsa queda por resolver el precio de la acción que determinará el valor de la compañía. El sueño de SoftBank es que ARM alcance un valor aproximado de 80.000 millones de dólares, mientras que fuentes cercanas a Nvidia, una de las compañías que negocia su entrada en la empresa, dicen que el diseñador de chips vale entre 35.000 y 40.000 millones de dólares. Cuando ARM salga a bolsa el mercado dictará su precio, pero con los padrinos que se está buscando parece difícil que su debut en el Nasdaq vaya a salir mal.