El Gran Catai es una civilización que se ha mantenido prácticamente igual durante miles de años. Sus gobernantes son los descendientes del Emperador Dragón Celestial, unos seres antiguos y poderosos capaces de adoptar forma humana y de emplear la magia del Yin y el Yang. Miao Ying, la Dragona de la Tormenta, gobierna al norte de Catai y dirige los ejércitos de la Gran Muralla, Zhao Ming, el Dragón de Hierro, gobierna sobre el oeste de Catai y la Ruta Celeste que lleva a las Montañas de los Lamentos, mientras que el Dragón de Hierro, cuya cordura ponen en duda sus hermanos, está a cargo del límite occidental del imperio.
“Si se pudiera describir a Catai con una única palabra, esta sería ‘armonía’”, explica Creative Assembly. “Los Dragones de Catai y, por extensión, sus ejércitos son ordenadas criaturas que buscan el equilibrio en todas las cosas, incluida la forma en la que libran las guerras. A pesar de que los ejércitos del Emperador Dragón son defensivos por naturaleza y están pensados para mantener la posición y pulverizar al enemigo mediante una defensa y una potencia de fuego firmes, el elemento más fundamental de su capacidad bélica consiste en asegurarse de que luchan como un organismo único y eficiente".
“Cuanto más tiempo consigan mantener esta armonía los ejércitos en el campo de batalla, mayores serán las bonificaciones que desbloqueen”, concluye el mensaje de Creative Assembly sobre el estilo de juego del Gran Catai.
La mayor parte del ejército del Gran Catai está formado por tropas expertas que incluyen los Guerreros de Jade, la Guardia de élite del Dragón Celestial, los Centinelas de Terracota, la Brújula de Guerra de Wu-Xing, los etéreos Jinetes de Grandes Longmas y Longmas de Jade. Los jugadores de Total War: Warhammer III no deben esperar que el Emperador Dragón Celestial y su esposa la emperatriz abandonen la Ciudad Celestial. Creative Assembly considera que su poder está a la par con el de los dioses (como Khorne o Nurgle) y prefieren emplear a sus hijos.