La primera preocupación de la Comisión Europea son los cambios que X ha hecho con el sistema de verificación. Desde que Musk asumió el mando de la red social cualquiera puede pagar una suscripción para ganar la marca azul, lo que en opinión del ejecutivo impide que los usuarios determinen la autenticidad de las cuentas con las que interactúan. La Comisión dice que esto "afecta negativamente a la capacidad de los usuarios para tomar decisiones libres e informadas sobre la autenticidad de las cuentas y el contenido con el que interactúan".
Además, la investigación sostiene que "existen pruebas" de que actores maliciosos han abusado del sistema de verificación de cuentas para engañar a los usuarios.
Por otro lado, la Comisión Europea ha resuelto que X no cumple con la transparencia que se le requiere en materia de publicidad, ya que recurre a tácticas de patrones oscuros y la confusión al no ofrecer un repositorio adecuado de anuncios. El ejecutivo también sostiene que X bloquea el acceso a datos públicos a los investigadores, y que cuando estos quieren iniciar pesquisas se encuentran con unos requisitos de acceso a su API que no les dejan otra opción que "pagar tarifas desproporcionadas". Por su tamaño, X es una plataforma en línea de muy gran tamaño que debe cumplir con las obligaciones más estrictas de la DSA.
Ahora X tiene la posibilidad de defenderse, pero si las conclusiones de la Comisión Europea se confirman se enfrentará a multas de hasta el 6 % del volumen de negocio total anual a nivel mundial. Además, se le exigirá que tome medidas para cumplir con la DSA.