“Muchos desarrolladores prefieren las consolas al PC porque con las consolas solo tienen que tratar con un hardware, mientras que el PC tiene varias configuraciones [...] que hacen que su desarrollo sea más complejo”, dice Cage. “Cuando un fabricante ofrece dos consolas con diferentes especificaciones, existe una alta posibilidad de que algunos desarrolladores se centren en la versión de gama baja para no tener que hacer dos de diferentes. Debo confesar que no soy un gran admirador de esta situación”.
“Creo que es confuso para los desarrolladores, pero también para los jugadores, y aunque puedo entender las razones comerciales detrás de esta elección (una diferencia de 200 euros en el precio de venta), creo que la estrategia es cuestionable”, añade Cage. A pesar de esta crítica, el desarrollador afirma que Quantic Dream desarrolla su propia tecnología y está decidido a optimizar los títulos para cada plataforma, especialmente ahora que trabajan en PC y han implantado características escalables a sus herramientas y motor gráfico.
Xbox Series X y Xbox Series S tienen un procesador prácticamente idéntico, pero la GPU de la primera ofrece un rendimiento de 12 teraflops mientras que la segunda se conforma con 4 teraflops. Además, Xbox Series X suma 16 GB de memoria GDDR6, mientras que Xbox Series S tiene 10 GB con una menor velocidad. Para Microsoft no deben existir demasiados problemas a la hora de desarrollar un juego pensando en los 4K/60 FPS de Xbox Series X y después bajarlo a los 1440p/1080p y 60 FPS de Xbox Series S.
Durante muchos años Quantic Dream ha sido un estudio que ha trabajado en exclusiva para PlayStation, consola en la que ha desarrollado juegos como, Heavy Rain, Beyond: Two Souls y Detroit: Become Human. Ahora todos ellos también se encuentran disponibles para PC. Este enfoque multiplataforma se tomó poco después de que NetEase entrase en el accionariado de la compañía con una participación minoritaria. Se desconoce a día de hoy en qué proyecto o proyectos se encuentra trabajando Quantic Dream.