“Desde un punto de vista first-party, no existe ningún desarrollo planificado para la consola después de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. En este sentido, nos encontramos ante los últimos días de la vida de Wii U”, comentó Reggie Fils-Aime durante la presentación de Switch en Nueva York la semana pasada. Cuando el 3 de marzo Zelda: Breath of the Wild esté disponible para Wii U no habrán pasado ni cuatro años y medio desde el lanzamiento de la consola.
Fils-Aime afirma que los juegos para Wii U se seguirán vendiendo en las tiendas y en la Nintendo eShop. El servicio en línea se mantendrá disponible. También es posible que terceras compañías sigan creando juegos para la consola, pero no parece que vaya a ser algo habitual, pues son varios los desarrolladores que han cancelado la versión para Wii U de su proyecto en favor de Switch.
“Para Nintendo, el ocaso final aún queda lejos. Mario Kart y Splatoon cuentan con una actividad significativa. Les seguiremos dando nuestro apoyo”, dice Reggie Fils-Aime.
Durante la entrevista Fils-Aime también echa un vistazo atrás a la corta vida de Wii U. Para el directivo uno de los principales problemas de la consola ha sido la incapacidad de Nintendo para explicar qué era. “Incluso hoy en día cuando preguntas a la gente ‘¿qué es Wii U?’ obtienes una gran variedad de respuestas. Desde el punto de vista de quien dirige el negocio esta confusión no es nada bueno”, reconoce Fils-Aime. En su opinión el concepto de Switch ha quedado muy claro: "una consola doméstica que puedes llevar contigo".
En noviembre de 2016 Nintendo anunciaba sus planes de abandonar la distribución de Wii U después de haber logrado colocar en todo el mundo solo 13,36 millones de unidades en cuatro años en el mercado.