En Prison Architect el jugador se pone en el papel del arquitecto y alcaide de una prisión de alta seguridad. Se deben controlar todos los detalles del centro penitenciario, desde construir nuevas celdas e instalaciones hasta contratar personal y crear programas de reinserción, todo mientras se trata con informadores, contrabando, guerra entre bandas o motines a gran escala.
“La opinión pública está dividida entre los que opinan que las cárceles son demasiado duras y los que opinan que no son lo bastante duras, así que queríamos crear un juego en el que se pudiera estar en contacto con eso y explorarlo por uno mismo”, dice Mark Morris, cofundador de Introversión Software. “La idea era crear un juego en el que los jugadores pudieran experimentar la gestión de una prisión simulada. Cada decisión, pequeña o grande, depende del jugador”.
La llegada de Prison Architect a las consolas se debe, una vez más en este tipo de títulos, al éxito cosechado en PC. El juego empezó su andadura en septiembre de 2012 con el lanzamiento de una alfa junto a la campaña de financiación colectiva. El proyecto salió adelante y en septiembre de 2015 ya había despachado 1,25 millones de copias y generado más de 19 millones de dólares en ventas.