Descrito como un iPhone Pro en formato extrafino y objeto de no pocos rumores durante los últimos dos años, el iPhone Air destaca por su extremada delgadez, protegiendo el último hardware de la compañía en una carcasa de titanio mecanizado con un grosor de 5,6 mm en su extremo más fino (es decir, sin contar el módulo de la cámara).
Este esqueleto, aparentemente fabricado con unas tolerancias extraordinarias para embutir todos sus componentes internos sin introducir problemas de sobrecalentamiento, es presidido por una pantalla ProMotion de 6,5 pulgadas (ahora a 120 Hz) y un brillo máximo de 3.000 nits protegida por una capa de cristal reforzado Ceramic Shield tres veces más resistente a los arañazos.
Bajo la pantalla, el nuevo procesador A19 Pro. Esta nueva CPU de 6 núcleos (dos de ellos de alto rendimiento), incorpora una nueva GPU obviamente optimizada y un módem también de nuevo cuño que destaca por haber sido diseñado internamente por la propia Apple. Bautizado como C1x, es el doble de rápido que el anterior C1.
Según Apple, el iPhone Air ofrecería un "rendimiento de un MacBook Pro en formato móvil", aunque por fuerza aspectos como el consumo de la batería y el throttling introducido por el control térmico evitarán mantenerlo si no es de forma muy temporal. Sea como fuere, la compañía asegura que la autonomía es de "todo un día"; en parte por la optimización del chipset, en parte porque los ingenieros han eliminado la ranura SIM para dar más espacio a la batería (el móvil solo funciona con eSIM).
Por lo que respecta a las cámaras, el módulo, algo protuberante con respecto al resto del móvil (Apple no ha facilitado en la conferencia sus medidas), integra un sensor principal de 48 MP y un teleobjetivo de 12 MP. En la parte delantera encontramos la nueva cámara Center Stage de 18 MP, que gracias a su mayor tamaño y el control mediante IA es capaz de ampliar el encuadre de los selfies de forma automática para dar cabida a una sola persona o a grupos sin necesidad de poner el móvil en horizontal.