Se confirman así los rumores sobre el fin del plasma en Panasonic iniciados tras el cierre de su división de I+D de esta tecnología. Panasonic ha señalado que el fin de la fabricación de paneles de plasma no significa una retirada del mercado de televisores, del mismo modo que la distribución de los modelos descontinuados seguirá hasta principios de 2014, debido a que “tenemos esa responsabilidad” en palabras de su presidente Kiyoshi Okamoto. Esto convierte al ZT60, lanzado en abril de este año, en el último televisor de plasma fabricado por Panasonic.
Okamoto reconoce que la inversión en televisores de plasma ha sido excesiva y considera las pantallas OLED uno de los “productos clave” para el futuro de la compañía, aunque estudiarán la demanda del mercado antes de anunciar nuevos planes. Pese a estas declaraciones, advierte que se trata de una tecnología prohibitivamente cara en su estado actual y necesitará un adecuado I+D y plan de ventas para que sea viable.
Una muerte anunciada
Las ventas de televisores de plasma han bajado hasta un 23% en el último año. La propia Panasonic ya había comunicado en 2012 que tan solo cumplió un 59% de sus expectativas de ventas para ese año, una caída desde los 6.000 millones de dólares previstos hasta 3.500 millones durante ese año
Otras compañías (como es el caso de Pioneer) también han abandonado sus líneas de televisores de plasma. Ante este panorama es obvio que el consumidor se ha decantado por la tecnología LCD respecto al plasma, una tecnología aparentemente más nueva y de mayor calidad, y sin embargo la tecnología LCD es mucho más antigua que la de plasma. Además, según el propio Okamoto “el plasma tiene mejor calidad de imagen” y de hecho Panasonic continúa publicitando con ese mismo eslogan su línea de televisores de esta clase.
¿Plasma o LCD?
Raymond Soneira, el presidente de DisplayMate (una compañía de análisis de pantallas), asegura que “el plasma es una gran tecnología que está sufriendo” y “tiene algunas ventajas sobre los LCDs, pero también algunas desventajas”. En el lado de los pros, los televisores de plasma generan negros mucho más profundos, tienen mejor ángulo de visión, colores más precisos y ningún blur de movimiento. Los LCDs por su parte, como dice Soneira, “son mucho más luminosos, lo cual es una ventaja en habitaciones con mucho brillo. Y ese suele ser el caso la mayoría de las veces”. Tampoco son tan pesados ni consumen tanto como sus homólogos de plasma.
Quizá el golpe definitivo para el plasma haya sido el famoso problema del burn-in, que se produce cuando una imagen fija permanece suficiente tiempo en la pantalla y la “quema” dejando un rastro difuso de forma permanente. Pero lejos de ser un gran problema, en los modelos actuales el tiempo para que el burn-in se produzca es mucho mayor que el que cualquier persona podría tener la misma imagen en pantalla. Del mismo modo los nuevos sistemas en TVs de plasma eliminaban la posibilidad de que se produjera.
Solo cabe preguntarse si el abandono por parte de Panasonic es el primer paso de cara al final del plasma y por tanto se trata de una tecnología de la que deberíamos ir despidiéndonos.