La principal novedad de Crescent Bay es haber conseguido un seguimiento de 360 grados al incluir en la parte posterior del dispositivo nuevos LED, “logrando así un nivel de presencia que es imposible de lograr con el DK2”, dijo Brendan Iribe, director ejecutivo de Oculus VR. Por primera vez el headset incorpora auriculares con audio de alta calidad opcionales, permitiendo utilizar otros si el usuario así lo desea.
“Crescent Bay tiene la presencia que necesitamos para la VR del consumidor”, dijo Iribe. “No es un producto de consumo, pero está mucho más cerca”. Añadió además que el salto entre Oculus Rift Developer Kit 2 y Crescent Bay es tan significativo como el de Oculus Rift Developer Kit 1 y 2.
El prototipo Crescent Bay es mucho más ligero, cuenta con una ergonomía mejorada, la tasa de refresco sube hasta los 90 hercios, aumenta la resolución y el campo de visión es superior a los 90 grados. Ahora uno de los campos de batalla de Oculus VR será el audio, y para ello han licenciado RealSpace3D, un software de audio desarrollado por la Universidad de Maryland.
Además del prototipo Crescent Bay, Brendan Iribe también ha presentado (como es habitual con cada prototipo) una nueva demo de realidad virtual creada con Unreal Engine y anunciado una asociación con Unity, que apoyará oficialmente al headset de realidad virtual en su versión gratuita y de pago.
Los primeros headset de realidad virtual creados por Oculus VR fueron distribuidos en primavera del 2013. Hasta el momento se han repartido más de 100.000 kits de desarrollo a 130 países y desde la compañía siguen aceptando pedidos para el modelo de segunda generación. El prototipo Crescent Bay viene precedido por Crystal Cove, que fue mostrado por primera vez en el CES 2014, el DK 2 está basado en él y salió un par de meses más tarde.
La versión comercial de Oculus Rift aún le queda un largo camino. Su llegada no ha sido anunciada, pero todo indica que podría producirse a lo largo del 2015 por un precio que oscilaría entre los 200 y 400 dólares.