Dos de los juegos seleccionados por el museo, Mortal Kombat (1992) y Super Mario Kart (1992), dieron inicio a franquicias que varios años después están en plena forma. Mortal Kombat empujó los límites de la violencia dentro de los videojuegos y generó un debate que llegó al Congreso de los Estados Unidos. El revuelo fue suficiente como para que crear la Entertainment Software Rating Board (ESRB), el sistema norteamericano para clasificar el contenido de los videojuegos. No solo se trata de violencia, Mortal Kombat también nos dejó personajes icónicos y multitud de secuelas.
Super Mario Kart es una de las franquicias más populares de Nintendo. La primera entrega logró sobresalir por ofrecer un juego social, que invitaba a todo tipo de jugadores a participar de carreras alocadas donde los protagonistas eran (y siguen siendo) personajes sacados de la factoría Nintendo. La última entrada de la serie, Mario Kart 8 Deluxe, lidera la clasificación de los juegos más vendidos de Nintendo Switch 16,69 millones de copias.
Microsoft Windows Solitaire nació en 1990 con el objetivo de enseñar a los usuarios de ordenador a usar el ratón. Sin embargo, el juego trascendió su meta inicial para convertirse en uno de los títulos más jugados del mundo. A día de hoy el Solitario de Microsoft está localizado en 65 idiomas y presente en más de 200 mercados de todo el mundo. Por su parte, Colossal Cave Adventure (La aventura original, 1976) es un juego sin gráficos donde se avanzaba usando comandos de texto. Este título diseñado por William Crowther sentó las bases de los juegos de aventura y fantasía.
Además de las cuatro nuevas incorporaciones, el Salón de la Fama de los videojuegos está compuesto por: Doom, Pac-Man, Pong, Tetris, Super Mario Bros., World of Warcraft, Final Fantasy VII, John Madden Football, el primer Tomb Raider, Spacewar!, Donkey Kong, Street Fighter II, Pokémon y Halo.