Estos últimos despidos significan que la mayoría de los exempleados de Nokia ya no están trabajando para Microsoft. La decisión no es sorprendente si tenemos en cuenta que el gigante tecnológico no ha logrado levantar ningún tipo de interés por sus smartphones Lumia ni por su sistema operativo Windows Phone, sometidos por el dominio de los terminales con Android y los iPhone de Apple.
La nueva reestructuración de la división móvil de Microsoft llega una semana después de que la compañía anunciase la venta de su negocio de teléfonos básicos (incluyendo a 4.500 empleados) a Foxconn por 350 millones de dólares. En ese mismo momento también se anunció el nacimiento de HMD global, una nueva compañía que tiene como objetivo producir smartphones y tabletas con Android bajo la marca Nokia.
Ahora que ya se ha constatado que la unión de Microsoft y Nokia no ha tenido éxito, los de Redmond parece que pondrán su Plan B sobre la mesa. Este consistiría en abandonar la marca Lumia y apostar por un terminal Surface que llegaría al mercado el próximo año.