La Presidencia danesa de la Unión Europea, demostrando un nulo conocimiento de lo que supondría, ha presentado una propuesta en la que se obligaría a las compañías de telecomunicaciones a almacenar un registro de los números de teléfono a los que llama cada usuario, así como información de todos los mensajes de correo electrónico que envia (remitente, destinatario y momento de envio) durante un tiempo comprendido entre 12 y 24 meses. Además, toda esta bestial información estaría almacenada en una base de datos centralizada controlada por la propia Unión Europea, para un fácil acceso de los diferentes estados, como siempre con el pretesto de
luchar contra el terrorismo, el crimen organizado y las redes de pedofilia. En el desgraciado caso de que se aprobase esta propuesta (y que técnicamente pudiera llevarse a cabo, lo cual es bastante complicado), se vería ampliada la directiva ya aprobada hace tiempo por la UE (e
incluida en la LSSI española) en la cual se obligará a los ISP a almacenar información sobre las conexiones que realizamos a internet.
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