Según han contado varios medios estadounidenses este fin de semana, las discográficas, encabezadas por la todopoderosa Universal, estarían presionando a Spotify con un nuevo contrato para delimitar el servicio de
streaming gratuito. La razón, la caída inevitable de ventas en los últimos años.
No es un secreto que la llegada de la “era digital” ha transformado por completo el negocio de la música. Un negocio cuyas ventas han bajado y donde servicios como Spotify, Rdio o Pandora en Estados Unidos han impulsado un nuevo escenario que ha mantenido a flote las cifras anuales de ventas de los sellos musicales.
Pasados ya varios años y con estas plataformas ya asentadas en el mercado, las discográficas parece que quieren elevar sus fuentes de ingresos. Universal Group, la discográfica más grande en el mundo, ha sido
la primera en cuestionar el modelo
freemium de Spotify que ayudó a traer en Estados Unidos el año pasado más de mil millones de dólares procedentes del
streaming.
Lo explica el diario Financial Times, cuyas fuentes hablan de la presión de Universal sobre Spotify aprovechando las negociaciones de los contratos actuales. La idea es que el servicio de
streaming gratuito basado publicidad sea más limitado, de manera que más usuarios se conviertan en usuarios de pago.
No sólo es Universal. Según cuenta
Rolling Stone, otros gigantes del sector como Sony Music o Warner Music han llegado a la misma conclusión: es necesario un ajuste en el apoyo al
streaming gratuito para que la diferencia entre las suscripciones gratuitas y las de pago sean lo suficientemente diferentes como para los usuarios migren a los servicios
premium. ¿Cómo? Se habla de un intento por reducir el número de usuarios que puedan escuchar música sin pagar y también se baraja la posibilidad de que el
streaming gratuito pase únicamente a las estaciones de radio como Pandora.
En el pasado muchas discográficas abrazaron y apoyaron la llegada de estos servicios, donde el
streaming gratuito era una forma de atraer nuevos clientes a una industria en crisis. Hoy parece ya no es el caso. Mientras que el
streaming no ha hecho más que
crecer, los ingresos, tanto de descargas digitales como de medios físicos, no acompañan. Una situación que podría haber llevado a la industria musical a tomar una decisión arriesgada.