Historia y fantasía llegan a HBO y Netflix con Gunpowder, Knightfall y el blockbuster Bright

Benzo
El mes de diciembre permitirá a los seriéfilos viajar al pasado gracias a estrenos como Knightfall y Gunpowder en HBO o la llegada de la segunda temporada de The Crown a Netflix, que también tiene entre sus novedades la superproducción Bright. En Movistar hay una apuesta clara por las series europeas como Algo en que Creer (Ride upon the Storm), la nueva creación de Adam Price (Borgen) con Lars Mikkelsen como protagonista. En las cadenas lineales destaca el regreso de Vikingos en TNT.

Gunpowder es una miniserie histórica de tan solo tres episodios que llegarán a HBO a partir del martes 19. Esta es una producción de Kudos (Broadchurch y Humans) que se emitió el pasado mes de octubre en la BBC, cadena pública británica que no suele fallar el tiro cuando se fija en este tipo de obras. Además, uno de los atractivos de la serie es tener como protagonista a Kit Harington (Jon Nieve en Juego de Tronos), quien tiene una relación especial con el personaje que encarna.

La historia de Gunpowder se basa en la Conspiración de la pólvora, un complot organizado por un grupo de católicos ingleses dirigidos por Robert Catesby que fallaron en su intento de asesinar al rey Jacobo I, su familia y una gran parte de la aristocracia protestante haciendo explotar la Cámara de los Lores del parlamento del Reino Unido durante la ceremonia de apertura en 1605. El principal socio de Catesby fue Guy Fawkes, símbolo del complot y cuyos rasgos faciales han quedado inmortalizados en la máscara que popularizó V de Vendetta.

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Como buena serie histórica Gunpowder no solo narra cómo se consumó la Conspiración de la pólvora, sino que también mostrará por qué se llegó a ese punto mostrando la situación política y social que vivía el Reino Unido en el siglo XVII. En esta época los católicos ingleses eran acusados de herejes y perseguidos ley en mano por los protestantes, a quienes no les temblaba la mano a la hora de ejecutarlos en público. Además, los acusados de alta traición eran ahorcados, arrastrados y descuartizados, para luego exhibir sus restos en lugares emblemáticos.

Gunpowder muestra estas torturas, vejaciones y ejecuciones, brutalidades que motivaron la Conspiración de la pólvora (entre otros complots) y que demuestran que históricamente el cristianismo no ha sido una religión afable. Algunos espectadores de la BBC se quejaron por la violencia mostrada, pero los relatos de la época en los que se basa Gunpowder narran lo que el espectador puede ver en pantalla. Robert Catesby tampoco era un santo, pues su catolicismo devoto incluía el uso de la violencia si a su juicio la causa lo justificaba.

Christopher Catesby Harington, más conocido como Kit Harington, es descendiente directo de Robert Catesby por parte de madre, así que nadie mejor que él para interpretarlo. El papel de Guy Fawkes es para Tom Cullen (Downton Abbey), que este mes también estrena Knightfall. En el guión de Gunpowder tenemos a Ronan Bennett, creador de Top Boy (2 temporadas), una muy recomendable serie británica que narra la vida de dos traficantes de drogas. Los interesados encontraréis Top Boy en Netflix, que ha puesto el dinero para que haya una tercera temporada.


El jueves 7 empezará en HBO la primera temporada de Knightfall, un drama histórico
creado por Jeremy Renner (Ojo de Halcón en Los Vengadores) y Don Handfield (El Fundador) con la producción de A+E Studios y The Combine. Esta serie nos permitirá conocer a los Caballeros Templarios, una de las más poderosas órdenes militares de la Edad Media que además de proteger a los peregrinos en sus viajes hasta Jerusalén se dedicaban a proteger y comerciar reliquias cristianas.

Knightfall empieza 15 años después de la caída de la ciudad de Acre, el último bastión de los templarios en Tierra Santa, donde se pierde el Santo Grial. Años más tarde aparece una pista que parece indicar su paradero y los templarios dirigidos por Landry (Tom Cullen) se embarcan en una misión para encontrar y recuperar la copa usada por Jesucristo en la Última Cena. Se trata de una campaña crucial para la orden templaria, que después de las Cruzadas ha perdido muchos aliados y ganado numerosos enemigos, incluyendo a Felipe IV de Francia, el Hermoso.

La narración de Knightfall nos llevará desde las batallas de los Templarios en Tierra Santa hasta los eventos del viernes 13 de octubre de 1307, fecha que entre los cristianos se ha convertido en sinónimo de mala suerte. La historia nos dice que ese día Felipe IV de Francia, con la relajada oposición del Vaticano, ordenó capturar al gran maestre de la orden para acusarlo junto a más de 100 de sus compañeros de diversas herejías. Un golpe que supuso el inicio del fin de los Caballeros Templarios.

Entre las promesas de Knightfall encontramos la de mostrar cómo era el mundo de esta misteriosa hermandad, un peligroso propósito que junto a la ficticia misión de ir en busca del Grial podría dar pie a introducir demasiados elementos alejados de la realidad. A ello debemos sumar que 700 años después del fin los Templarios la orden aún sigue rodeada de enigmas. Originalmente Knightfall se emite en el canal History, la cadena responsable de Vikingos.

El reparto de Knightfall también incluye a Jim Carter (Papa Bonifacio VIII), Sam Hazeldine (Godfrey), Simon Merrells (Tancrede), Pádraic Delaney (Gawain), Ed Stoppard (Rey Felipe IV de Francia), Olivia Ross (Juana I de Navarra) o Julian Ovenden (Guillaume de Nogaret).


Bright, disponible a partir del 22 de de diciembre, es el principal estreno de Netflix y una de sus apuestas más importantes del año. Esta película pasa por ser el primer blockbuster de la compañía, que ha invertido casi 100 millones de dólares en una obra dirigida por David Ayer (Training Day, Suicide Squad) con guión de Max Landis (Dirk Gently, American Ultra). El papel protagonista es para Will Smith, uno de los actores más reconocidos y rentables de Hollywood.

La historia de Bright se ambienta en un distópico y alternativo Los Ángeles donde los humanos son una raza de clase media y los orcos considerados escoria. Daryl Ward (Will Smith) es un oficial de policía humano y su nuevo compañero Nick Jakoby (Joel Edgerton) es el primer orco que consigue ingresar en el Departamento de Policía de Los Ángeles. Los dos deberán colaborar para ir en busca de un poderoso artefacto que pertenece a una malvada elfa interpretada por Noomi Rapace (Prometheus, Millennium). Al igual que los humanos y los orcos, los elfos tienen su propia ubicación dentro de la jerarquía social que gobierna Los Ángeles, ellos son el grupo más rico y elitista.

Bright es una película de acción y fantasía, pero también nos mostrará un relato socioeconómico en un mundo alternativo pero ambientado en el presente en el que los humanos conviven con otras criaturas. La forma en la que se representan los orcos en la cinta y a los prejuicios a los que se enfrentan representa cómo se trata en nuestro mundo a las minorías. Pero que nadie se asuste, Bright está repleta de persecuciones con vehículos, peleas violentas y todo tipo de acciones que definen un blockbuster de este estilo.

Según Ayer, Bright tiene una clasificación R (17 años o más en Estados Unidos) y no ha tenido que ser suavizada por interferencias del estudio como pasó con Suicide Squad (Warner Bros.). Habitualmente los grandes estudios de Hollywood limitan la creatividad y visión original de los directores o guionistas para lograr productos PG-13 y llegar a una mayor audiencia. Cuesta, pero poco a poco esta práctica va desapareciendo gracias a la libertad de los cada vez más importantes servicios de streaming o los ejemplos como Logan o Deadpool, dos éxitos de taquilla con una clasificación R.

Por todo lo que representa, Bright es la película más importante de Netflix hasta la fecha.


Los que prefieran la realidad a la fantasía tienen una cita el viernes 8 de diciembre con la segunda temporada de The Crown, una de las series más caras de Netflix con un presupuesto que ronda los 100 millones de dólares. The Crown es un drama sobre la monarquía británica que en su primera temporada exploró los desafíos a los que se enfrentó la reina Isabel II (Claire Foy) al tratar de equilibrar su recién estrenado reinado con su matrimonio.

La segunda temporada de The Crown empieza en febrero de 1957, cuando los rumores sobre las constantes discusiones entre Isabel II y Felipe de Edimburgo (Matt Smith) siguen de plena actualidad. Además de lidiar con un marido que se ve humillado por una mujer que antepone la monarquía por encima de cualquier cosa, incluido él, Isabel II deberá enfrentarse al cambiante mundo de los años 60, a la evolución de la sociedad británica y a una princesa Margarita (Vanessa Kirby) que desafía constantemente el statu quo para ganar protagonismo e intentar cambiar la monarquía.

A pesar de que en ocasiones ha sido criticada por ser contemplativa, The Crown es una de las mejores series de Netflix. También es uno de sus grandes caballos de batalla para seducir a la crítica. En los últimos premios Globo de Oro se llevó la estatuilla a mejor serie dramática y Claire Foy consiguió alzarse con el premio a mejor actriz de serie dramática. Por su excelente papel como Winston Churchill, John Lithgow fue reconocido por el Sindicato de Actores como el mejor actor de reparto. La continuación de The Crown está asegurada con una tercera y una cuarta temporada en las que Olivia Colman (Broadchurch, Fleabag) reemplazará a Claire Foy como Isabel II.

En diciembre también llegarán al catálogo de Netflix: Dark (T1) y Broadchurch (T3) el viernes 1; Ash vs Evil Dead (T1 y T2) el lunes 11; la miniserie Manhunt: Unabomer el lunes 12; El Chapo (T2) y The Ranch (T2B) el viernes 15; Orange is the New Black (T4) el sábado 16; y las Las Chicas del Cable (T2) el lunes 25.


Algo en lo que creer (Ride upon the Storm o Herrens veje) y Bajo la Superficie (Below the Surface o Gidseltagningen) son dos de los primeros dramas de SAM Productions, compañía creada por Adam Price (Borgen), Soren Sveistrup (The Killing) y la productora Meta Louise Foldager (A Royal Affair). Son dos apuestas muy diferentes. La primera es un drama con la fe de telón de fondo, mientras que la segunda apuesta por el thriller con crítica sociopolítica.

La primera temporada de Algo en lo que creer, una serie que según Adam Price inaugura un nuevo género (inventado por él mismo) llamado “realismo mágico escandinavo", iniciará su emisión en Movistar Series el miércoles 13. Esta no es una obra política como Borgen ni un thriller policiaco como The Killing, es una serie que habla de la fe entendida como religión y que tiene como protagonista a Lars Mikkelsen en el papel de Johannes, un entregado y agresivo creyente que sufre depresiones durante las cuales se entrega al alcohol y las mujeres.

A pesar de sus altibajos, Johannes es un referente moral para su familia y tiene en su esposa Elisabeth (Ann Eleonora Jørgensen) un apoyo incondicional. Su hijo mayor, Christian (Simon Sears), abandonó los estudios de teología para emprender una carrera de negocios, una decisión decepcionante para Johannes, que sí encuentra en su hijo menor August (Morten Hee Andersen) un heredero que ha emprendido el camino espiritual alistándose en el ejército como capellán castrense.


Ambientada en el Copenhague actual, Bajo la superficie, disponible a partir del lunes 11, nos presenta una crisis nacional cuando un grupo de 15 personas son secuestradas en un túnel del metro. A partir de este hecho se ponen en marcha una serie de eventos que se desarrollarán a lo largo de ocho días (uno por capítulo) y que tendrán a Dinamarca en vilo a la espera de los movimientos de los secuestradores.

El gobierno decide intervenir mandando a un grupo de fuerzas especiales dirigido por Philip Norgaard (Johannes Lassen) y Louise Falk (Sara Hjort Ditlevsen). En medio, la reportera Naja Toft (Paprika Steen) consigue un contacto entre los secuestradores, que la usan a su favor para transmitir información (que puede o no ser cierta) sobre cada uno de los cautivos. La información que trascienda dividirá al país sobre cómo responder ante esta amenaza.

Además de la acción típica de un thriller policiaco, Bajo la superficie explora cómo las consecuencias de una crisis de estas características afecta a la sociedad danesa, desde los políticos que discuten sobre si negociar o no, la prensa, que debe decidir cómo realizar su cobertura o el público que se pone en la piel de las víctimas. En el subsuelo de Copenhague los rehenes se dividen entre los que desean la apertura de negociaciones y los que buscan una oportunidad para rebelarse.

Nacido para Matar (Born to Kill) es una miniserie de cuatro episodios ya emitida en el Reino Unido que Movistar Series estrenará el sábado 9. Estamos ante un drama adolescente con tintes de thriller psicológico protagonizado por Sam (Jack Rowan), un psicópata adolescente de 16 años obsesionado con la muerte que oculta a sus amigos y familiares su impulso para matar. No solo Sam guarda secretos, su madre, enfermera en un hospital geriátrico, no parece que le haya contado a su hijo toda la verdad sobre su padre.


Por último, Movistar estrenará la primera temporada de Broken el lunes 18. En esta ocasión estamos ante un drama protagonizado por Sean Bean (Juego de Tronos) en el papel del Padre Michael Kerrigan, un piadoso y compasivo sacerdote católico con un pasado problemático que dirige una parroquia ubicada en una empobrecida y olvidada zona al norte de Inglaterra. Michael es confesor, confidente y consejero de una congregación que lucha por salir adelante día a día, pero se implicará especialmente en el caso de Christina Fitzsimmons (Anna Friel), una madre de 3 hijos que pasa por un muy mal momento.

Movistar completará su programación de diciembre con la segunda temporada de Animal Kingdom, disponible a partir del miércoles 27. En los canales lineales tenemos el estreno de la cuarta temporada de Flash el lunes 1 en TNT, la quinta temporada de Vikingos el miércoles 6 también en TNT (con doble capítulo) y la tercera de Chicago Fire en AXN a partir del sábado 15.

Imagen Calendario de series de Netflix (rojo), HBO (negro), Movistar (azul), Amazon (verde) y canales lineales (amarillo) previstas para diciembre.
Sobre el autor » Benzo

Empecé con una NES a finales de los 80 y todos los 90 los pasé junto a SNES, N64 y una PlayStation prestada. El nuevo siglo me trajo una PS2 y más adelante una Xbox. Jugador de PC desde hace años, seguidor de Blizzard, lector y seriéfilo.

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