“Hemos pasado por un largo proceso para averiguar que juegos vamos a desarrollar en Epic en el futuro y llegamos a la conclusión de que no íbamos a crear más Gears of War”, dijo Sweeney. “Por mucho que adoremos este juego, nos estamos dirigiendo hacia una nueva dirección".
"Gears of War está vinculado a grandes eventos, un juego individual de consola con mecánicas de cobertura y otros elementos que no se acercan a lo que tenemos intención de hacer en un futuro en cuanto a juegos en línea y multijugador cooperativos y competitivos. [...] Íbamos a dejar Gears en una estantería durante una década o más”.
A raíz de esta decisión, la compra de la franquicia por parte de Microsoft fue según cuenta Sweeney un ”win-win-win”, para Epic, la comunidad de jugadores y Microsoft.
“Fue uno de esos momentos raros cuando tanto Epic como Microsoft fueron capaces de hacer un negocio que era lo mejor para la comunidad", añade Sweeney. "Es mucho mejor que Microsoft tenga un Gears en desarrollo que este cogiendo polvo en la estantería porque Epic no la usa. La venta de la IP de este estilo es una cosa rara. La mayoría de las empresas lo ven como su joya de la corona, pero en Epic tuvimos una visión práctica: No íbamos a seguir trabajando en ella y nos dimos cuenta de que el mundo quería más Gears of War”.
Actualmente Epic Games se encuentra trabajando en Fortnite, un título cooperativo de supervivencia y en otro juego totalmente nuevo que aún no ha sido anunciado. La saga Gears of Wars ahora en manos de Microsoft ha encontrado una nueva casa en Black Tusk Studios, un equipo de nueva formación capitaneado por Rod Fergusson, antiguo productor ejecutivo de Epic Games y director de producción responsable de las tres primeras entregas de la saga Gears of War.