En Pine nos tocará explorar la isla de Albamare en busca de un futuro para nuestra tribu, uno de los últimos exponentes de una evolución humana que no llegó a colocarnos en lo alto de la cadena alimenticia. Fruto de nuestras acciones, decisiones y de factores más allá de nuestro control, las distintas especies que habitan la isla evolucionarán y se adaptarán al tiempo que expanden su territorio, migran a otras localizaciones o se extinguen.
Nuestro avatar, Hue, podrá escoger entre apoyar, atacar o ignorar a los múltiples grupos que encuentre durante su exploración de la lista, para la que contará además con la ayuda de una serie de herramientas y recursos ocultos en el mapeado. Nuestras interacciones con cada grupo serán relevantes tanto por la memoria que guardarán de ellas aliados y rivales (en un sistema que busca ampliar el del "némesis" de Shadow of Mordor) como por el hecho de que las criaturas adaptarán continuamente sus capacidades de combate al uso que hagamos de las nuestras.
El planteamiento de Pine bebe en buena medida de los principios del "juego emergente" que abanderan algunos de los títulos recientes de mundo abierto más populares, aunque los desarrolladores prometen también una historia y un objetivo final concretos, dejando al jugador la elección de los medios para alcanzarlo y el orden en el que completar cada acción necesaria.
Si todo va bien, a finales del año próximo podremos disfrutar de este juego basado en Unity 5 en los ordenadores con sistemas operativos Windows, GNU/Linux y macOS. El motor empleado anima a sus desarrolladores hacia la idea de un lanzamiento posterior en consolas, aunque todavía es pronto para hablar de plazos. Lo que sí han podido confirmar mediante el alcance de la primera de sus metas adicionales es la incorporación de un modo "arena" al juego.