La demanda de Capcom alega que Koei Tecmo violó sus propiedades intelectuales en juegos como Samurai Warriors: Xtreme Legends y en otros 49 títulos. Según el texto legal, Capcom registró una patente en 2002 que recoge un sistema para añadir nuevo software a un juego ya existente.
Por otro lado, Sankei menciona una patente registrada por Capcom que describe un sistema que notifica la cercanía de un enemigo en el juego mediante la vibración del mando. Capcom considera que la infracción de patentes "ha contribuido en gran medida a las ventas" de los títulos de Koei Tecmo.
Capcom cifra los beneficios obtenidos con la infracción en 980 millones de yenes (7,2 millones de euros), de los que demanda entre el 5 y el 10% en concepto de pago de licencias. Asimismo, los responsables de Street Fighter buscan paralizar la venta de múltiples títulos de los creadores de la saga Warriors.