La finalidad del sistema predictivo es ajustar diversos parámetros del teléfono alrededor de las "costumbres" de uso, ya sea para ahorrar batería la mayor parte del tiempo o para entregar la mayor potencia posible durante horas de trabajo. Entre los parámetros que el sistema modificará se incluye el brillo de la pantalla o la velocidad a la que funcionan los procesadores del terminal.
"Se podría imaginar a un usuario satisfecho con una pantalla un poco más oscura dentro de una habitación a oscuras si eso significa que se puede entregar más potencia a la GPU para aumentar el rendimiento de un juego", ejemplifica Apple en la patente. "La gestión de la carga a largo plazo se centra en asegurar que el gasto energético no vacía la batería e interrumpe al usuario".
Para mejorar la optimización de la autonomía del teléfono, Apple propone el uso de otros indicadores del terminal como la información de los giroscopios, sensor de luz, localización geográfica o la proximidad de redes inalámbricas. Con esta información el smartphone podría crear un perfil detallado que permitiera responder a cambios repentinos en el comportamiento del usuario.
"Otro ejemplo podría ser utilizar una aplicación de eWallet para comprar una bebida en una tienda de cafés. Esto junto a una localización GPS que se mantiene quieta sugeriría que el usuario disfrutará su bebida en el local durante los próximos 20 o 30 minutos".
"Si el usuario utiliza su dispositivo en ese periodo de tiempo probablemente lo haga con atención (leer noticias, jugar a un juego, etc.). Este tipo de información puede indicar al sistema de gestión de potencia que durante los próximos 20-30 minutos lo mejor para el usuario es sacrificar algo de batería a favor de mejor rendimiento".