En la última semana he estado con 2 juegos:
El primero de ellos es el High on Life, juego que había dejado pasar por las malas críticas. Y maldita la hora que hice caso a las notas. High On Life es otro ejemplo más de que no hay que hacer caso a las notas cuando un juego está relacionado de alguna manera con la marca Xbox. Yo me lo he pasado muy bien con el juego. Gráficamente es muy resultón y más si me dices que esto salió en 2022, el ritmo del juego es muy ágil y los diálogos, te pueda gustar o no el humor que destila ( que a mí sin más), hacen del desarrollo mucho más ameno. La propuesta me ha convencido tanto que ya he anotado en el calendario la salida de la segunda parte que llega a finales de este año.
El otro juego al que le he estado dando es al Atomfall. La ambientación de este juego es única y es que sin lugar a dudas llamará la atención de cualquier. Gráficamente también está bastante chulo. A mi me entraron ganas locas de explorar su mundo. Pero por desgracia son los otros componentes de la jugabilidad los que me han decepcionado. La gestión de recursos es cansina y el inventario ridículamente pequeño. El otro punto donde, a mi parecer, pienso que falla estrepitosamente es el combate. El sigilo directamente no funciona. Los combates, dada la escasez de recursos, tampoco se disfrutan porque primero, la mayoría de veces te ponen enemigos en pantalla como si tal escasez de recursos no existiese, y segundo, de nada sirve cargártelos con las tácticas más ingeniosas porque los enemigos se regeneran y la próxima vez que pases por el mismo sitio tendrás que volver hacer el mismo enfrentamiento. Lo que ha terminado de tocarme la moral ha sido que los objetivos te están mandando todo el rato a recorrer de punta en punta el mapeado, alargando artificialmente la duración. Voy a dejar de seguir el rastro a todo lo que haga Rebellion, porque pensándolo bien nada de lo que he jugado de ellos me ha gustado, ni este Atomfall, ni Sniper Élite, ni Zombi Army, ni Rogue Trooper, ni Shellshock..