En consolas menos, pero en PC es muy habitual que los juegos incluyan una gran cantidad de ajustes desde el propio menú, como la nitidez, la saturación, el contraste, etc., sin necesidad de tocar nada en el televisor o monitor. Esto permite que cada jugador personalice la imagen según sus preferencias, aunque en algunos casos el resultado puede ser, en mi opinión, visualmente aberrante.
Aun así, tampoco creo que haya que escandalizarse o llamar directa o indirectamente imbécil al que lo haga, si a alguien le gusta jugar con la saturación al máximo o con la nitidez disparada, está en su derecho. Al final, que cada uno lo disfrute como quiera.
Es cierto que los videojuegos pueden seguir ciertos estándares de imagen, pero no tienen ni de lejos el mismo grado que el cine. Son medios distintos, con grados de control y propósito visual muy diferentes.
Y todo esto sin contar los juegos que directamente vienen mal ajustados de serie, obligando a tirar de shaders, mods o apaños similares para conseguir una imagen decente.