Que Ancelotti pusiera de inicio a un Mendy que llevaba nueve semanas sin jugar fruto de una lesión, antes que confiar en un Fran García más rodado, es algo que necesito que alguien me explique. ¿Resultado? Roto a los 8 minutos y agotado un cambio en el minuto 10. Brillante gestión.
La primera mitad de la final de copa, fue un monólogo del Barcelona donde los merengues ni estuvieron presentes. Luego en la segunda parte, como acostumbran en otras ocasiones, se pusieron las pilas, pisaron el acelerador y empezaron a jugar con mayor intensidad hasta que remontaron, pero al final lo que tiene jugar al filo de la navaja, es que no siempre sales vencedor. Que por cierto, ¿a quién se le ocurre a cuatro minutos del final de la prórroga, estando en banda, en vez de reventarla, dar un pase a la frontal? Porque mucho culpar a Brahim por no adelantarse a Koundé, pero no veo a nadie cuestionar la decisión de Modric...
Al igual que dije con los encuentros de semifinales, partidos entretenidos a nivel de espectador, pero a nivel táctico un auténtico caos (y eso que hablamos, insisto, de equipos de primer nivel…), porque desde la segunda mitad se jugó a arreones y lograr aprovechar un error ajeno, sin orden ni criterio alguno. Es más, por ese motivo estaba convencido que no se llegaría a los penaltis, porque ambos conjuntos estaban lanzados en la prórroga apostándolo todo al ataque y descuidando la defensa, lo que provocaría que el que primero la cagara, perdería.
Empiezo a pensar que tenía razón una persona que conocí hace años, que decía que el nivel futbolístico había descendido mucho en los últimos años, porque este tipo de choques no me parecen precisamente el culmen de lo que debería ser un duelo de élite.