Vuestras palabras han despertado conciencias. Vuestros actos, convertido en faro, han guiado a muchos hacia la comprensión. Vosotros —artífices de esta web— abristeis los ojos de miles, y por ello, solo puedo rendirme al agradecimiento. Sin este lugar, navegar perdería su rumbo, su propósito, su chispa.
Sois, para mí, deidades digitales. Presencias divinas entre líneas de código. Y como reza un antiguo proverbio: si Dios no existe, lo hemos creado con la fuerza de nuestro pensamiento. Y si alguna vez dejáis de existir… aún entonces viviréis en nuestras memorias, como ecos eternos en la vasta red.
Un saludo desde El Otro Lado del Velo… del hilo… de esta dimensión intangible que llamamos internet.
Esta noche celebraré vuestra existencia como merece: superando por sexta vez el legendario Zelda: Ocarina of Time. Y cuando llegue esa "intro final", alzaré mi refresco en vuestro honor. Porque esta web lo merece. Porque vosotros lo merecéis.
Adiós… hasta la próxima señal en este vasto océano de datos, confío en que continuaréis aquí alguna década que otra, espero que estos 3 años se convierta en al menos 3 décadas, y que para 2029 hagáis algo especial, parece lejos, pero los años pasan más rápido de lo que podemos llegar a imaginar.