The Last Case of Benedict Fox es un juego de desplazamiento lateral en 2D que combina las mecánicas clásicas del metroidvania, como la exploración, los rompecabezas y las plataformas, con los desafiantes combates de los juegos tipo Souls. A ello debemos añadirle una “narrativa cautivadora” que se desarrollará mientras descendemos por el Limbo, y una acción que transcurre en un atmosférico mundo gótico inspirado en las pesadillas de Lovecraft, la ciencia ficción negra y la música jazz de principios del siglo XX. El estilo artístico también tiene un poco de Tim Burton.
La historia de The Last Case of Benedict Fox nos sitúa en 1925 y nos permite viajar hasta Boston, Estados Unidos, donde nos espera nuestro protagonista, Benedict Fox, un autoproclamado detective que se desplaza hasta una enorme y decrépita mansión para descubrir el destino de una familia que una vez ocupó la residencia y su desaparecido hijo. Esta misión lo llevará a recorrer un “mundo oscuro e intrigante lleno de organizaciones secretas, rituales prohibidos y crímenes a sangre fría”. Se trata de un viaje que el detective no hará solo.
El cuerpo de Benedict Fox está unido al de un demonio, un vínculo profano que sirve para explorar las mentes de quienes han fallecido recientemente. Se trata del mundo del Limbo. Sin embargo, la mente puede ser un lugar peligroso, con emociones, recuerdos y traumas dolorosos que toman forma física. A medida que Benedict descubra más pistas, el Limbo cambiará. Para luchar contra los enemigos, el detective podrá usar una combinación de objetos, el entorno, armas y habilidades que se pueden mejorar.