A día de hoy solo hay un organismo que puede trastocar los planes de Microsoft. Se trata de la Autoridad de Competencia y Mercados de Reino Unido, más conocida por sus siglas en inglés CMA. El regulador británico bloqueó el pasado abril la operación debido a los efectos que en su opinión tendría en el mercado del juego en la nube. Para abordar esta preocupación, en agosto Microsoft se comprometió a vender a Ubisoft los derechos de los juegos en la nube de Activision Blizzard en el Reino Unido durante 15 años. Esta solución fue vista con buenos ojos por la CMA, que a finales de septiembre aprobó de forma preliminar la compra.
Hoy es el último día que tiene la CMA para solicitar opiniones sobre si debe dar o no su visto bueno a la operación. La decisión final se espera para la próxima semana y, salvo un giro inesperado de los acontecimientos, la CMA dirá sí y Microsoft podrá anunciar a los cuatro vientos que Activision Blizzard es de su propiedad. En ese momento los accionistas de Activision Blizzard se repartirán 68.700 millones de dólares y la industria del videojuego cambiará para siempre.
Microsoft y Activision Blizzard ampliaron el plazo para cerrar el acuerdo hasta el 18 de octubre, pero si pueden completarlo la semana que viene no perderán el tiempo. Cuando esto pase, se pondrá fin a un proceso de 20 meses durante los cuales ambas compañías han luchado (y cedido) para obtener la aprobación de los reguladores de Europa y Estados Unidos. Durante este tiempo también hemos visto a Microsoft firmar acuerdos con Nintendo y Sony para hacer llegar o mantener la franquicia Call of Duty en sus consolas durante diez años.