La acción de Gray Zone Warfare se desarrolla en la República Democrática de Lamang, un país ficticio del sudeste asiático inspirado en los paisajes de Laos. Tras un misterioso suceso la región ha quedado aislada, las Naciones Unidas han evacuado a casi toda la población civil y tres empresas militares privadas reciben el encargo de explorar la región, descubrir sus secretos y traer de vuelta cualquier cosa de valor. Madfinger Games promete desarrollar la historia a través de misiones y personajes con secretos y propósitos ocultos.
Más allá de un mapa de 42km2 que puede albergar 48 jugadores (en solitario o en grupos de cuatro) y 1.000 unidades de IA, Gray Zone Warfare tiene entre sus puntos fuertes elementos tácticos y una “simulación balística realista que incluye equivalencias precisas del mundo real, así como modelos balísticos fidedignos”. Los jugadores pueden crear su propia arma para adaptarla a sus necesidades y estilo de juego. “El funcionamiento y las prestaciones de cada arma pueden cambiar drásticamente al modificar, quitar o añadir cientos de piezas, monturas y accesorios”, asegura el equipo de desarrollo.
Por otro lado tenemos un sistema de salud que deja atrás los puntos de vida para usar un mecanismo “que reproduce de forma realista el cuerpo humano”. En Gray Zone Warfare cada herida tendrá un efecto sobre la percepción y el rendimiento, así que será muy importante identificar las lesiones y encontrar la solución adecuada para sobrevivir. Estos conocimientos también serán útiles a la hora de ayudar a un compañero herido. Por su parte, el mundo del juego es persistente y evoluciona aunque el jugador no esté presente.
Gray Zone Warfare no es un juego free-to-play y la edición estándar tiene un precio de 34,99 euros.