En primer lugar, el 28% de los encuestados afirmó haber adquirido durante el último trimestre contenido no incluido en el juego base, con las microtransacciones resultando el objetivo de un 23% de los usuarios; bastante por encima del 16% que había comprado packs de contenido adicional o DLC. La postura de los contrarios a ambos tipos de pago extra es sin embargo clara: la mitad de los que no han pagado microtransacciones no tiene interés por hacerlo en el futuro y piensa que no compensan el gasto, una postura similar a la de los no interesados en el DLC con un 16% afirmando además que estos contenidos adicionales deberían haber sido incluidos en el precio del juego base.
Los clientes habituales para las microtransacciones prefieren lograr sus avances mediante el juego normal pero un 78% de ellos está dispuesto a gastar dinero en armas, mejoras o herramientas si el juego les interesa y el precio es contenido. La mitad de este grupo de jugadores llevaría a cabo más micropagos si su precio fuese inferior y hasta un 77% aprecian cómo su existencia les permite disfrutar más de sus juegos favoritos, con un 68% criticando el carácter pay-to-win de algunos casos.
Por último, en el apartado del DLC los compradores se ven impulsados a hacerlo por el afán de disponer del contenido completo del juego y para jugar a estos añadidos con amigos que los compran. La mayoría considera que los precios son razonables aunque comprarían con más frecuencia contenidos más baratos.