Sin embargo, la verdadera revolución del dispositivo de Ostendo surge al asociar varios proyectores para que funcionen como uno solo. Tal como atestigua The Wall Street Journal, la compañía ha desarrollado con este método un prototipo capaz de mostrar hologramas animados en tres dimensiones que son visibles desde cualquier ángulo sin necesidad de gafas.
Cada proyector 2D consta de un chip procesador de imagen que envía información a una oblea con LEDs, ocupando en su conjunto menos de 0,5 cm cúbicos, aproximadamente el mismo tamaño que una cámara de iPhone. Por su parte, el proyector 3D coordina seis proyectores bidimensionales para enviar luz desde todos los ángulos necesarios y crear la sensación de tridimensionalidad.
Ostendo planea lanzar su pequeño proyector 2D durante el verano de 2015 y empezar la producción del modelo con capacidad 3D unos meses después. La compañía espera que cada componente cueste alrededor de 30 dólares por unidad (unos 22 euros), por lo que no debería disparar los precios de los smartphones o tabletas que se decidan por esta tecnología.
"Las pantallas son la última frontera", comenta a WSJ el Dr. El-Ghoroury, fundador y CEO de la compañía. "A lo largo de los años, la capacidad de procesado se ha mejorado y las redes han aumentado su ancho de banda, pero falta un avance equiparable en las pantallas".
Pese a que Ostendo comenzó como una pequeña empresa del sur de California, la compañía ya cuenta con 115 empleados y un capital de 128 millones de dólares tras conseguir varios inversores. A largo plazo, Ostendo espera que sus dispositivos se implementen en todo tipo de entornos, desde en televisores 3D sin necesidad de gafas hasta en mesas capaces de proyectar imágenes tridimensionales.