Dragon Age: Inquisition transporta al jugador hasta Thedas, unas tierras sumidas en el caos a causa de un cataclismo. Con dragones sobrevolando el cielo y magos declarando la guerra a los templarios, las naciones se alzan unas contra otras. Ante esta situación y como líder de la inquisición el jugador deberá restablecer el orden.
Según declaraba recientemente Mark Darrah, productor ejecutivo del juego, muchos de los elementos de Inquisition se sitúan a medio camino entre Dragon Age: Origins y Dragon Age II. El equipo ha apostado por ofrecer una experiencia flexible y personalizada, con un sistema de lucha que junta la mecánica en tercera persona de los action-RPG con el enfoque más estratégico que han marcado los antiguos juegos de Bioware.
Además de un modo campaña Dragon Age: Inquisition también ofrecerá un modo cooperativo parecido al de Mass Effect 3. Estas partidas para cuatro jugadores tendrán una duración de 20 o 30 minutos y propondrán a los jugadores completar misiones a cambio de oro que les permitirá adquirir nuevas armaduras, armas o pociones.
En la parte técnica Bioware ha confirmado que Dragon Age: Inquisition se ejecutará a 1080p en PlayStation 4 y 900p en Xbox One. Los jugadores de PC deberán cumplir unos requisitos para jugar y cuando lo hagan verán que esta versión cuenta con un HUD (la información que aparece en pantalla) creado específicamente para la plataforma.