Sin embargo, hace tan solo unos días hemos conocido que Sony ha decidido finalmente no apelar y acatará el pago de la sanción. Justifica su cambio de opinión en que el proceso de apelación implicaría revelar más información sobre sus procedimientos de seguridad, pero afirma seguir estando en desacuerdo.
Después de considerarlo cuidadosamente vamos a retirar nuestra apelación. Esta decisión refleja nuestro compromiso de proteger la confidencialidad de nuestra red de seguridad frente las revelaciones necesarias para el procedimiento de apelación, pero seguimos en desacuerdo con la decisión sobre el fondo.
Aún así, esta pequeña sanción que al cambio no llega a 300.000 euros, está muy lejos de los 121 millones de euros de pérdidas que imputó Sony al ejercicio 2011 como consecuencia directa del ataque.