Aunque si tenemos que ser justos, la palabra robot realmente fue ideada por Josef Čapek, pintor y hermano del autor de R.U.R, a partir de la palabra checa "robota" cuyo significado es “servidumbre” o “trabajo forzado”. La obra de teatro se ambientaba en una isla propiedad de Rossum, la primera compañía del mundo encargada de fabricar seres artificiales.
Estos seres eran creados a imagen y semejanza de sus creadores humanos pero con habilidades sobrehumanas. Sin embargo, sus creadores no le dieron la capacidad de tener sentimientos. El amor, el odio, la compasión o la empatía son conceptos que no existen en el mundo de los robots de R.U.R.
Representación teatral de la obra checa R.U.R
La historia que describe la famosa obra de teatro nos sitúa en una fábrica de robots que quiere expandir sus productos por todo el mercado. Por supuesto las intenciones son reducir costes de producción y permitir a los humanos liberarse de su carga de trabajo.
De este modo tras un primer acto con el humor como protagonista, los actos segundo y tercero se sitúan diez años en el futuro. Ahora los robots ya no son seres serviciales, en cambio son utilizados por las potencias como soldados. Finalmente, los robots se revelan en contra de sus creadores cerrando la obra de una forma totalmente perturbadora.
Presentamos a Elektro y Sparko
Dieciocho años después de que se estrenase la revolucionaria obra R.U.R, en 1939 se mostraba por primera vez al mundo un robot humanoide durante la Exposición Universal de Nueva York. El robot de nombre Elektro fue diseñado y fabricado por Joseph Barnett, ingeniero de la compañía estadounidense Westinghouse Electric Corporation. No hace falta decir que se convirtió en la sensación de la feria, dejando boquiabiertos a los asistentes que tenían la oportunidad de ver aquello antes sólo disponible en las historias de ciencia ficción.
Elektro y Sparko junto a su creador Joseph Barnett
Elektro era un robot de tipo humanoide que alcanzaba una altura de 2,10 metros y un peso de 120 kilos. Sus capacidades, aunque algo limitadas, le permitían realizar 26 movimientos diferentes además de por supuesto caminar e incluso fumar. Aunque lo más innovador para la época era su capacidad de ver mediante unas células fotoeléctricas que conformaban sus ojos, así como la posibilidad de hablar gracias a un altavoz conectado a un disco en el que se incluían 700 palabras.
Un año después y debido al éxito cosechado por la Exposición de Nueva York, se inauguró una segunda edición de la misma donde el público tuvo la oportunidad de encontrarse de nuevo con el gigante Elektro, pero esta vez no venía solo. Elektro ahora tenía una nueva mascota robótica con forma de perro Terrier llamada Sparko. El can metálico era capaz de ladrar, sujetarse sobre sus dos patas traseras además de obedecer otras instrucciones básicas.
The Middleton Family at the New York World's Fair (1939)
Fue tal la fama alcanzada por estos dos simpáticos robots que fueron llevados de gira por todo EE.UU. e incluso por otros países del mundo. Elektro además llegó a participar en varias películas de ciencia ficción. Finalmente el humanoide fue desmontado a finales de los años 60 por su creador Joseph Barnett y sus restos se vendieron como chatarra, a excepción de la cabeza. Por otro lado, la mascota robótica Sparko fue atropellada en el año 1957 mientras deambulada por las instalaciones de la Westinghouse en California. Un final trágico e irónico para un ser perro artificial.
Isaac Asimov y la robótica
Hablar de robots y no mencionar a Isaac Asimov no es concebible. En 1942 la revista Astounding Science Fiction publicaba la primera historia sobre robots de Isaac Asimov, llamada "Runaround" (Círculo Vicioso). Sería también la primera vez que el autor ruso nacionalizado estadounidense mostrase al mundo sus ya clásicas tres leyes de la robótica, y también el principio de una carrera por la que está considerado uno de los escritores de ciencia ficción más importantes de la historia.
Asimov presentaba de esta manera al robot SPD-13 apodado "Speedy", el cual estaba programado para seguir unas normas que le permitían convivir con seres humanos sin ningún problema. Estas normas básicas fueron llamadas las tres leyes de la robótica:
Primera Ley: Un robot no podrá hacerle daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
Segunda Ley: Un robot deberá obedecer siempre las órdenes dadas por un ser humano, excepto si esas órdenes entran en conflicto con la primera ley. Tercera Ley: Un robot deberá proteger su propia existencia siempre que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley.
Retrato de Isaac Asimov
El propio Isaac Asimov apuntaba que las tres Leyes fueron postuladas por John W. Campbell, quien las habría escrito durante una conversación con Asimov en 1940. Aunque Campbell siempre ha sostenido que Asimov ya las tenía pensadas y que simplemente las concretaron entre los dos de una forma más formal y entendibles.
Se pueden resumir como una forma de asegurarse la supremacía de la raza humana sobre los robots. Aunque en la historia de "El hombre bicentenario" se desarrolla una nueva ley denominada "Ley Cero", una variación de la primera ley cambiando el término humano por humanidad, siendo el resultado mucho más ambiguo.
Asimov también fue el primer autor que utilizó la palabra robótica, considerada más tarde una ciencia real. En el relato "¡Mentiroso!" publicado en 1940, el autor utilizó esta palabra para la ciencia y tecnología dedicada a los robots. En el artículo “La palabra que inventé”, Asimov explica que le pareció bien agregar el sufijo -ica, muy utilizado en la física para nombrar una disciplina. Sin casi ser consciente había inventado una nueva palabra.
La figura de Asimov y su extensa obra son tan grandes que necesitaríamos un reportaje sólo para él, por ello sirva esta pequeña introducción de pincelada sobre lo que ha aportado este genio al tema que tratamos. Desde aquí recomendamos encarecidamente leer algunas de sus obras más reconocidas para aquellos interesados en saber más sobre el autor.
Entonces ¿mi tostadora es un robot?
Según la Real Academia Española un robot es una “máquina o ingenio electrónico programable, capaz de manipular objetos y realizar operaciones antes reservadas sólo a las personas”. Una definición simple pero que resume en una sola línea el fundamento de estos seres artificiales. Aunque también es importante destacar que la palabra robot puede hacer referencia a sistemas virtuales de software, en este caso se les denomina bots, pero no es el tema que estamos tratando.
Aunque hoy día no se ha llegado a un consenso sobre cuáles son las máquinas que pueden considerarse robots, los expertos en este campo sí están de acuerdo en lo mínimo que debe ser capaz de hacer un robot. Es decir, de forma autónoma un robot tiene que moverse, hacer funcionar un brazo mecánico, percibir y manipular el entorno y demostrar un comportamiento inteligente imitando comportamientos humanos o animales.
Actualmente podría considerarse que un robot es una computadora con la capacidad y el propósito de movimiento y que, en general, es capaz de desarrollar múltiples tareas de manera flexible según su programación. De este modo se podría diferenciar de algún electrodoméstico específico.
En nuestra próxima entrega hablaremos sobre algunos de los hitos más importantes acaecidos en robótica en la segunda mitad del siglo XX. Además explicaremos las diferentes clasificaciones que existen para catalogar la gran diversidad de robots que se han fabricado y se fabrican actualmente, ya sea teniendo en cuenta la generación a la que pertenecen, su nivel de inteligencia, el nivel de control que ejecutan, el lenguaje de programación en el que están basados o según su arquitectura.