Según el índice de precio de la banda ancha fija (mide seis modalidades) España muestra una mejora al pasar del puesto 23º al 22º, pero su coste sigue siendo superior a la media de los 28 países que integran la Unión Europea. Si miramos los servicios por separado la situación es aún peor. En caso de querer contratar únicamente banda ancha España se sitúa tercera por la cola, mientras que solo Bélgica la supera en el precio de los paquetes convergentes.
“El contexto es un mercado convergente dominado por paquetes y caracterizado por un aumento de la velocidad de acceso a internet, donde el incremento de precios en los paquetes insignia de los principales operadores está generalmente vinculado a diversas mejoras”, dice el DESI. Donde España realmente se muestra competitiva es en la banda ancha para teléfonos móviles, cuyo precio ha bajado hasta los 21 euros para situarse por debajo de la media de la Unión Europea (24 euros).
Clasificación del Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) de 2018
España sí puede sacar pecho de los servicios públicos digitales, la dimensión en la que mejores resultados obtiene el país. Ocupa el puesto número 6 de los países de la Unión Europea, obteniendo muy buenos resultados en datos abiertos y un elevado nivel de interacción en línea entre las autoridades públicas y los ciudadanos. En desarrollo y competencia digital España se sitúa en el décimo lugar, lo que supone una mejora de cuatro posiciones respecto al decimocuarto puesto del 2017.
El informe afirma que en España el 85 % de los hogares dispone de acceso a una red de banda ancha de como mínimo 30 megas, pero advierte de la existencia de "deficiencias significativas" entre comunidades autónomas y entre zonas urbanas y rurales. En general, el uso de servicios de Internet en España es comparable con la media de la Unión Europea, siendo la actividad en línea más popular la descarga o la emisión en directo de música, vídeos y juegos con un 83 % de participación.
El número de usuarios españoles que lee noticias en Internet (77 %) y los que usan las redes sociales (68 %) es superior a la media de la Unión Europea, pero el uso de la banca por internet y las compras en línea (55 % y 59 %, respectivamente) es inferior a la media de la Unión Europea. El informe también destaca un uso superior del vídeo a la carta y el aumento de las llamadas de vídeo.