Aunque la empresa californiana es la mayor fabricante de chips del mundo, la adaptación de sus procesadores al mercado de smartphones y tabletas ha sido muy lenta. Este sector lo dominan sus rivales Samsung y Qualcomm, que fabrican sus chips con Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC). Este tipo de fabricantes por contrato se denominan en la industria "fundiciones".
"Seguiremos avanzando. Si podemos utilizar nuestro silicio para proveer la mejor computación posible lo haremos", comentó Krzanich a Reuters. "Gente que pueda servirse de nuestra vanguardia y de nuestra capacidad de fabricación mejor que la de cualquier otro, esos serían buenos candidatos para nuestro servicio de fundición".
El ejecutivo ha prometido multiplicar por cuatro el número de tabletas con chips Intel para 2014, con la intención de revitalizar los ingresos de la compañía. Krzanich reconoce que el mercado de los ordenadores personales, hasta ahora el epicentro del negocio de Intel, está mostrando síntomas de tocar fondo: "Desde nuestro punto de vista está bajando pero empieza a mostrar síntomas de estabilización".
Intel aprovechó para anunciar dos nuevos modelos de procesador para dispositivos móviles basados en su línea Atom. La compañía lanzará una versión de alta gama, denominada Broxton, a mediados de 2015, y otra de baja gama, conocida como SoFIA, el año que viene. Este último modelo se beneficiará en el futuro de las líneas de fabricación de 14 nanómetros de la empresa californiana.
El cambio de rumbo radical de Intel promete cambiar el ecosistema empresarial de la industria de los microchips. Algunos analistas señalan que Qualcomm o Nvidia podrían terminar utilizando las cadenas de fabricación de Intel. Y quizá con el tiempo incluso Apple, que actualmente depende de Samsung para los componentes de iPhone e iPad.