Personalmente creo que se debe a la incultura general acompañada de un bombardeo masivo por parte de los medios.
Solemos creer que los currantes, por ser currantes, son de izquierdas cuando no es así. Muchísimos obreros, especialmente en ciertos sectores como transporte, automoción, etc... son abiertamente de derechas. Me he encontrado 3 tipos en este espectro:
-Personas que creen que su sueldo es inversamente proporcional a la cantidad de impuestos que paga su jefe. No puedo decir mucho más al respecto. No soy neurólogo.
-Personas que añoran tiempos pretéritos, por no decir franquistas. Que en parte los entiendo, al fin y al cabo mis amigos no paran de tragarse cualquier cosa de Pokemon porque recuerdan ser felices con la primera entrega. Me cuadra que otras personas en lugar de aferrarse a bichitos japoneses kawai, hagan lo propio con aguiluchos.
-Personas cuyo compromiso político está por debajo del cero absoluto. O dicho de otra forma, votan por los más variopintos motivos: "su presi es guapo", "la papeleta estaba más cerca", "X me dijo que votara a Y" y un largo etcétera cuya particularidad es que cada motivo supera al anterior en bochorno.
Quitando esos 3 grupos, lo normal es que si una persona tiene ideales afines a la izquierda, no vote a un partido radicalmente opuesto en ideales. Si está insatisfecho, puede votar a otro partido similar, puede votar en blanco o no votar... Pero eso de votar en contra de las propias creencias, como que no lo veo. Es como si cada vez que te enfadas con tu pareja, le pones los cuernos con otra del sexo contrario. No.