La promesa que sustenta el acuerdo entre el INE y los tres operadores es el anonimato, ya que en ningún caso se facilitará información o datos personales de los titulares de los terminales. “Fuentes de las operadoras explican que los datos se proporcionarán agregados, sin posibilidad de detallar por cada usuario”, señala el artículo. La información que recibirá el instituto estadístico serán las posiciones de los números. En cualquier caso la prueba también demostrará el funcionamiento de un sistema de seguimiento masivo.
Los cuatro días laborales a lo largo de los cuales se seguirán todos los móviles de España serán del 18 al 21 de noviembre. Durante esos días se tomará la posición de los terminales entre las doce de la noche y las seis de la mañana y entre las nueve de la mañana y las seis de la tarde. De esta forma se establecerá el lugar de residencia y cómo se mueve el flujo de personas que se desplazan. Para que el destino sea considerado cotidiano, el móvil deberá estar presente en la misma localización como mínimo cuatro horas durante dos de los cuatro días.
La información cosechada servirá para averiguar cuáles son los desplazamientos habituales de la población, cuántos se mueven de un municipio dormitorio a una ciudad, qué número de personas trabaja en el mismo barrio donde vive o de dónde viene la gente que trabaja en una zona. Cuando el rastreo sea un domingo (24 de noviembre), un día festivo (25 de diciembre) y en verano (20 de julio y 15 de agosto), la información descubrirá cuáles son los movimientos estacionales y adónde van los españoles con móvil de vacaciones dentro del territorio nacional.
Más allá de poner a prueba un sistema que rastrea todos los móviles, la estadística o la simple curiosidad, la información debería servir para saber dónde prestar servicios públicos o reforzar infraestructuras.