Llevarse los centros de IA al espacio para solventar las
necesidades energéticas puede parecer el argumento de una novela de ciencia ficción dura, pero es ni más ni menos la idea que postula Google con su último
moonshot, como denomina a sus proyectos más arriesgados y potencialmente revolucionarios.
La iniciativa, que recibe el nombre de
Suncatcher, explorará "un sistema de diseño de infraestructura de IA escalable y basada en el espacio" pensado para dar pie a la formación de constelaciones de satélites de inteligencia artificial que obtendrían la energía necesaria directamente del Sol. Así de sencillo.
Estos satélites, relata Google en su blog oficial, integrarían TPU (unidades de procesamiento tensor) y se comunicarían utilizando enlaces ópticos. Una idea con un "tremendo potencial para escalar" y que reduciría drásticamente el consumo de recursos en la Tierra, asegura la compañía.
Los desafíos a los que se enfrenta la que sería una de las obra de ingeniería más complejas en la historia de la humanidad son, lógicamente, inmensos. Titánicos, incluso. Solo los enlaces ópticos necesarios para comunicar la información procesada con una latencia mínima y la debida corrección de errores nos conducen al terreno especulativo, aunque Google afirma que sus ingenieros ya están validando un prototipo de doble dirección con una capacidad de transmisión de 800 Gbps en cada sentido, 1.600 Gbps en total.
A la cuestión de las comunicaciones se suman otros retos, como la sincronización de miles de satélites separados por unos pocos cientos de metros (algo que Google considera relativamente sencillo) y la cuestión económica, y es que enviar centros de datos al espacio es a día de hoy una empresa muy poco rentable. En este aspecto, Google espera que los precios caigan a 200 dólares/kg a mediados de la década de 2030, momento a partir del cual ya empezaría a tener cierto sentido económico cuando se considera el coste energético de los centros de datos terrestres.
Siendo uno de sus
moonshots, Google no se plantea metas a largo plazo. Sin embargo, la compañía tiene intención de lanzar al espacio dos TPU a comienzos de 2027, evaluando así la viabilidad tecnológica de sus sistemas más básicos y esenciales antes de abordar otras cuestiones de mayor complejidad.