The Elder Scrolls: Castles los jugadores son desafiados a gestionar un castillo, controlar su dinastía y contar su historia durante generaciones. Esto se consigue supervisando a los súbditos, nombrando herederos y manteniendo el órden para ayudar a que todo el reino prospere. Cómo hacerlo dependerá de cada uno. Unos vasallos felices pueden asegurar una larga vida a su gobernante, mientras que los descontentos pueden llegar a contemplar el magnicidio. Dentro del juego cada día en la vida real cubre el lapso de un año.
El castillo que gestionan y personalizan los jugadores de The Elder Scrolls: Castles empieza desde cero, añadiendo y ampliando habitaciones y asignando sujetos a las estaciones de trabajo para asegurarse de que hay recursos para prosperar a lo largo de los años. También se pueden decorar las estancias. Como cualquier otro gobernante, las decisiones que tomen los jugadores tendrán un impacto en su legado, en el reino y en los súbditos, que además de necesitar recursos recurrirán a su señor cuando necesiten resolver una disputa.
En The Elder Scrolls: Castles no todo son cosas de palacio. Los jugadores también tendrán a sus órdenes una serie de héroes que deben ser equipados y enviados a luchar contra los “enemigos clásicos de Elder Scrolls” para recoger objetos valiosos y hacer crecer el reino en el mundo de Nirn.