“No estoy seguro de que vayan a ser más grandes”, dice Tymon Smektala en una entrevista concedida a la Official Xbox Magazine, cuando le preguntan sobre el futuro de los mundos abiertos. “Pienso que lo que cambiará es la fidelidad. No creo que la gente precise de mundos más grandes, necesitan mundos de mejor calidad y más inmersivos. Con la actual generación no es difícil crear enormes mundos abiertos que se van cargando mientras juegas [...] Puedes crear mundos muy grandes sin que realmente impacte en el rendimiento”.
“Lo que impacta en el rendimiento es la cantidad de NPCs que puedes ver a tu alrededor, la variedad, cómo se comportan y el número de animaciones”, continúa Smektala . “Las mejoras de la próxima generación nos permitirán ir más allá en esta dirección. Esta es básicamente nuestra misión como estudio, queremos crear juegos de mundo abierto en primera persona con unos gráficos y una inmersión de alta fidelidad, donde te sientas como si realmente estuvieras ahí”.
Los pensamientos de Tymon Smektala contrastan con los de Brendan Greene (PUBG), cuyo sueño es crear mundos a escala con "cientos y cientos de kilómetros" y miles de personas.
La primera entrega de Dying Light es una muestra de la apuesta de la industria por los juegos de mundo abierto. Pero hay mayores ejemplos, incluyendo Grand Theft Auto V con más de 100 millones de copias a lo largo de dos generaciones, Red Dead Redemption 2, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Horizon Zero Dawn, The Witcher 3: Wild Hunt o el próximo Cyberpunk 2077. En cuanto a Dying Light 2, desde el pasado agosto que no sabemos nada sobre él, pero se espera que esté disponible durante la primavera de 2020 en PlayStation 4, Xbox One y PC.