Como explica el propio Laidlaw, Eternal Strands es un juego de acción, fantasía y aventura donde el mundo que hay alrededor del protagonista es un arma. La heroína es Brynn, una joven Tejedora que busca recuperar el hogar cultural de su pueblo y descubrir los misterios del Enclave, un mundo antaño próspero y repleto de magia que ahora está en ruinas. Brynn lucha contra enemigos que van desde constructos humanoides hasta gigantescas bestias, y cuenta con un campamento con aliados que durante las expediciones la ayudarán con sus habilidades. En el campamento también se elige la misión y personaliza el equipo.
Uno de los elementos principales de Eternal Strands es el Manto, una túnica que gracias a su magia permite controlar el fuego y el hielo y hacer uso de la fuerza telequinética. El sistema de interacciones y la combinación de poderes son mecánicas clave. El fuego y el hielo ofrecen múltiples opciones, mientras que la fuerza telequinética manipula el entorno para ejecutar movimientos ofensivos y defensivos. Por ejemplo, cortar un árbol para lanzarlo a un enemigo. Estos poderes combinados con las armas y armaduras permiten configurar un estilo de lucha y hacer frente a los enemigos como los Epics, unas criaturas gigantes.
Si Brynn encuentra a un enemigo que aún no puede derrotar deberá volver al campamento para no perder el botín. Además de recuperarse, en la base se mejora el equipo para volverlo a intentar. Los Epics son enemigos con una alta dificultad que vagan libremente por el mundo, pero derrotarlos permite incorporar nuevas habilidades al Manto.