La nueva normativa, que no gusta a las empresas tecnológicas estadounidenses, haría ilegal que las compañías de Internet usaran datos personales de cualquier persona de 15 o menos años de edad sin el consentimiento de los padres. Esto podría suponer un golpe al modelo de negocio de las redes sociales, que encuentran en los adolescentes un rápido motor de crecimiento.
Actualmente en España las compañías no pueden tratar con los datos de menores de 14 años, mientras que en Estados Unidos, cuya normativa se adopta en casi todo el mundo, la edad mínima es de 13 años.
“Esta prohibición supone que millones de niños y adolescentes soliciten el permiso de sus padres para utilizar los servicios de Internet, que incluyen cuentas de correo electrónico, plataformas de medios sociales y la descarga de aplicaciones”, comenta uno de los miembros del grupo técnico de Estados Unidos. Afirman además que dicha prohibición incentiva que los adolescentes menores de 16 años mientan sobre su edad para lograr una cuenta sin el consentimiento paterno.
La coalición estadounidense y Digital Europe (una organización europea que representa la industria de tecnología digital) consideran que este ha sido un cambio de “último minuto” respecto a la legislación aprobada por Bruselas en 2012. Las conversaciones entre el Parlamento Europeo y los estados miembros (con la presión de los lobbies tecnológicos) empezará el próximo martes y se espera tener el tema resuelto a finales de año.