La NSA también podría haber estado espiando a España

Antonio José Ruiz
El pasado 15 de Octubre os informábamos que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense tenía acceso a los correos y listas de direcciones de millones de personas. Y es que desde que el extrabajador de la CIA Edward Snowden empezase a publicar informaciones, estamos asistiendo estos últimos meses a una lluvia incesante de informes, documentos y datos que no hacen más que empañar y oscurecer la NSA y por tanto, al propio gobierno de los EE UU. Informes que apuntan a que la NSA lleva una década crackeando los sistemas de seguridad y cifrado, usando todo tipo de métodos y compartiendo algunos de ellos con otros gobiernos.

Espían a México, Francia... ¿y también a España?

Ayer mismo, otros países como México también expresaban su renuncia a las labores espía de la agencia de seguridad estadounidense. Más concretamente, y según los informes de Edward Snowden, la NSA habría realizado actos de espionaje sobre el presidente del país azteca, Felipe Calderón. "Esta práctica es inaceptable, ilegítima y contraria al derecho mexicano y al derecho internacional", señaló el Gobierno mexicano a través de un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores. También nos hemos informado que la NSA está detrás de la escucha de 500 millones de comunicaciones en Alemania.

Hoy es Francia la afectada. Así lo publica el diario francés Le Monde, dónde se establece que la NSA espió los ordenadores de los diplomáticos franceses en sus visitas a Washington, pero la cosa no queda ahí, el espionaje estadounidense no solo interceptó comunicaciones en Francia, también espió deliberadamente en las delegaciones de París ante EE UU y ante la Organización de Naciones Unidas (ONU). Recordando de nuevo, que todo esto siempre según las informaciones del propio extécnico de la CIA, Edward Snowden.

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A España no le había tocado todavía, no había sido seleccionada para ser espiada por la NSA. Al menos esto es lo que pensábamos hasta hoy, cuando el propio Centro Nacional de Inteligencia declara que tiene fundadas sospechas de que nuestro país también ha estado o está en el punto de mira de la NSA.

La Ley nos ampara en España

Aunque en la mayoría de los casos de escuchas telefónicas no se tiene acceso al contenido de las conversaciones, sino a datos asociados a las mismas (metadatos), y aunque el Gobierno está convencido de que no se ha espiado a políticos españoles, en España existe una Ley (25/2007) que otorga tanta protección a estos metadatos como al contenido mismo de las conversaciones.

Esta ley obliga a los operadores a conservar los datos que permitan identificar el origen y destino de una comunicación (tanto de telefonía fija como móvil, correo electrónico o telefonía por Internet), y sólo podrían facilitar esos datos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a la Dirección de Vigilancia Aduanera cuando ejerzan funciones de policía judicial y al personal autorizado del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en este último caso mediante la orden directa juez del Tribunal Supremo, ya que en caso contrario se considera un delito.

Según informa el diario El País, La NSA y el Centro Nacional de Inteligencia mantienen un acuerdo de colaboración mutua y cooperan identificando a los protagonistas de llamadas telefónicas o correos electrónicos en el curso de investigaciones, sobre todo relacionadas con el terrorismo.

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El pasado 12 de agosto, la publicación alemana Der Spiegel, publicó un documento de la NSA, fechado en abril, que situaba a España en el tercer nivel (de cinco) entre los países objetivo de la agencia. Fue entonces cuando el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó Luis G. Moreno, encargado de negocios de la Embajada de EE UU en Madrid.

Luis Calvo, subdirector para Norteamérica, le pidió explicaciones a su tocayo sobre las acciones de la NSA en España. El diplomático estadounidense aseguró comprender la preocupación española y se comprometió a intentar facilitar la información reclamada, aunque ya advirtió que es política de la Administración Obama no comentar asuntos de inteligencia.
Fuente: El País