Que las noticias sobre el
espionaje masivo de EE.UU. hayan quedado eclipsadas por el
culebrón internacional de su filtrador no debe hacernos olvidar la gravedad del asunto: el Gobierno controla las comunicaciones de todos los ciudadanos. El problema es que no es algo exclusivo de los americanos, pues según publica hoy el prestigioso diario
Le Monde Francia estaría haciendo algo similar.
En concreto el espionaje francés haría uso de la información que están
obligados a retener los proveedores de telecomunicaciones, para mantener una gigantesca base de datos sobre los ciudadanos y sus relaciones. Esta información solo incluye
metadatos, es decir en el caso de llamadas los números, los identificadores de los teléfonos, la duración, ubicación y hora; y en el de comunicaciones por Internet las cabeceras de los emails e incluso las páginas visitadas.
Según explica Le Monde este sistema de espionaje masivo no sería conforme a la ley, pero eso no habría impedido que la base de datos se comparta entre los diferentes servicios de inteligencia, e incluso con la policía, aduanas o el departamento contra el blanqueo de dinero. ¿Será una práctica habitual en otros países,
incluido España?