"Los videojuegos representan un nuevo género vasto, diverso y en rápida evolución que es crucial para entender la historia americana", comenta a Gamasutra el conservador Michael Mansfield. "Flower y Halo 2600 son incorporaciones importantes a nuestra colección, pero son solo el principio de nuestro trabajo en este área".
Debido a que Flower es un juego exclusivamente digital, la adquisición del museo ha disparado preguntas sobre cómo se preservará a lo largo del tiempo una copia del título. Mansfield explica: "Poniendo estos dos juegos en una colección pública, el museo tiene la oportunidad de investigar tanto la ciencia material de los componentes del videojuego como el desarrollo de prácticas para conservación digital del código fuente de los propios títulos".
Halo 2600 es una versión "casera" para Atari 2600 inspirada en la popular saga iniciada por Bungie. El juego ha sido desarrollado por el que fué vicepresidente de producto de Microsoft durante la era de la primera Xbox. El conservador del museo asegura que este título es una seña de identidad del mundo de los videojuegos como "una forma de expresión democrática".
"Como un juego homebrew -aun atribuyéndolo a un desarrollador reconocido- su autoría corresponde a los márgenes, Halo 2600 ofrece una especie de ensayo haiku virtual en el alcance y el potencial de la cultura de los videojuegos, y en el carácter de la imaginación humana junto a la tecnología".