El nuevo USB Type-C se puede conectar en ambas direcciones y presenta un tamaño similar a los puertos Micro USB (Micro-B). Según el grupo promotor, el rediseño está pensado para encajar en smartphones o tabletas, pero también en dispositivos de más tamaño como portátiles.
La nueva especificación mejora la protección contra interferencias y soporta una velocidad de transferencia de datos de hasta 10 Gbps, cumpliendo con el estándar USB 3.1. Igualmente, las capacidades energéticas del cable se sitúan en un máximo de 5A y 100W para dar servicio a los gadgets más exigentes.
Con el nuevo diseño, los dispositivos actuales no podrán utilizar el conector Type-C directamente en sus puertos USB. Por esto, el USB-IF ha definido adaptadores pasivos para asegurar la retrocompatibilidad entre conectores. Un aspecto muy importante al tener en cuenta la amplia extensión de los conectores USB.