Una de las mejoras más prometedoras para las baterías de ion de litio clásicas es añadirles silicio. Algunas configuraciones con este material permiten a las baterías de litio triplicar su capacidad y recargarse en apenas 10 minutos. Pero por desgracia las baterías de litio con electrodos de silicio no duran demasiado. Esto es debido a que el proceso de carga causa que el material se expanda y se contraiga, provocando fracturas mecánicas que impiden almacenar electrones.
Un equipo de investigadores del laboratorio SLAC de Stanford ha desarrollado un nuevo método para paliar este problema, cuya inspiración proviene de la capacidad "auto reparadora" de los organismos vivos. Los científicos han desarrollado un polímero especial que puede revestir los electrodos de silicio de la batería de litio. Los enlaces entre átomos de este polímero son mucho más débiles de lo normal, por lo que se rompen cuando el material se expande, y se atraen de nuevo cuando se contrae, "reparando" las fisuras en unas pocas horas.
El equipo ya ha conseguido 100 ciclos de carga completa en baterías con silicio sin ninguna pérdida de capacidad, más de 10 veces los ciclos obtenidos hasta ahora. Pese al avance, el investigador Yi Cui asegura que "todavía queda mucho camino hasta el objetivo de 500 ciclos para teléfonos y 3.000 ciclos para vehículos eléctricos. Pero la promesa está ahí, y por todos nuestros datos parece que está funcionando".
Además de la mejora en longevidad y rendimiento, el estudio considera la viabilidad comercial de sus prototipos de batería un punto clave de la investigación. Aunque podría quedarse en una tecnología más en la larga lista de promesas de nuevas baterías, las primeras pruebas de electrodos de silicio "auto reparables" comienzan con buen pie.