Esta posible futura ley debería ser extensible no solo a los alimentos, si no más bien a todos los productos. Muchas veces por culpa de los regalitos enmascaran el bajo nivel del producto que quieren vender, otras veces el "regalito" te viene totalmente incluido en el precio, etc...
Es decir, los supuestos regalos que nos dan como tal no son regalos (obvio), su funcionalidad va mucho más allá de la simple alegría del comprador, haciendo que como consumidores caigamos en confusiones absurdas por culpa de llevarnos un supuesto premio por adquirir una determinada marca.
Un saludo.