Venga, vamos a retrotraernos al pasado, que esto mola. Voy a contar un poco mis recuerdos de la selección desde que tengo conocimiento, testimonio de unas vivencias que quizá le interesen a los que por edad no las vivieron y les sirvan para hacerse una idea.
LA ESCUELA VASCA; UNA HISTORIA DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLALa España post equipos galácticos de Madrid y Barça en los 50-60 estuvo dominada desde mediados-finales de los 70 hasta primeros años 90 por la escuela vasca. Prototipos de jugadores duros, más enfocados en la lucha que en el trato de balón, muy efectivos en defensa pero muy toscos y limitados en ataque. En esa escuela se formó Clemente, al que le fue muy bien durante su apogeo a mediados de los 80. El problema es que él llega de seleccionador en el 92, cuando esa escuela está ya en decadencia y por suerte en España empiezan a surgir ya otro tipo de jugadores con otras virtudes y habilidades, la llamada generación olímpica (por ganar el oro en aquellos JJOO). Coincide que España se queda fuera de la Eurocopa 92. Coincide también con los primeros partidos de los que yo ya tengo un recuerdo perfectamente claro y vívido.
Ahí tocaba un reset, romper con la escuela vasca de juego tosco, ultradefensivo, limitado, y empezar a abrazar la nueva escuela de los olímpicos que ya adelantaba el tipo de jugador tikitakero que iba a ser la especialidad de la casa española en las siguientes décadas. Sin embargo se apuesta por un entrenador que venía de varios años de fracasos en distintos equipos (dejando ya muy lejanos sus éxitos con el Athletic en la primera mitad de los 80) y de postulados radicales anclados en el fútbol del pasado, al cual las propias normas estaban obligándolo a desaparecer (ya no se permitía lo que se permitía en los 80 y por tanto no funcionaban igual de bien esos defensas toscos sin cintura para defender a jugadores habilidosos y veloces sin la potestad de poder cubrir sus carencias parándolos con patadas). Durante los 90 empezaron a salir jugadores diferentes en España, jugadores de bastante talento, pero fueron taponados porque no eran el tipo de jugador que le gustaba a Clemente. A algunos los llevaba para comer banquillo, a otros ni los convocaba.
S.E. EPISODIO I; LA AMENAZA AIZKOLARIAl Mundial del 94 se lleva a algunos olímpicos (Pep, Ferrer y LE, pero pese a tener un grave problema de delanteros se deja fuera a Kiko y Alfonso, dos de los miembros más brillantes de aquella generación olímpica, supongo que por lo de que eran nacidos por debajo del Ebro, cosa que a Clemente parece que siempre le generó cierto rechazo), pero la columna vertebral de aquella selección sigue siendo la misma que ya venía fracasando todos los años anteriores, compuesta por jugadores de la escuela vasca ya todos con más de 30 tacos (Salinas 34, Zubizarreta 33, Beguiristain 31, Goikoetxea 30, Bakero 31, etc...) y la mayoría ya ni siquiera jugaban nunca en sus equipos (de todos esos solo jugaban en su equipo Bakero y Zubi y al segundo ese mismo verano antes del mundial lo echan tras varias temporadas muy criticado) pero en esto de llevar jugadores que no jugaban en sus equipos siempre fue una referencia el amigo Clemente
Por cierto, aparte de estar por ahí Buyo y tal, aquella temporada ganó Liaño su tercer zamora consecutivo, pero no olió la selección, y eso que este sí era del norte. A Clemente le gustaba proteger a los suyos, que no hubiese competencia que pudiese dejarlos en ridículo; lo hizo con Zubi, lo hizo con Salinas...
Con ese once del patíbulo se fue Javi a los USA y tuvo momentos y momentos. Le gustaba esa escuadra porque podía llegar a ellos motivacionalmente aunque habitualmente los que le sacaron las castañas del fuego en territorio yanqui fueron los Caminero (nuestro mejor hombre en el Mundial), Luis Enrique, Guardiola... En cualquier caso le sirvió para rascarle un empate a Alemania, que quedó primera de nuestro grupo pero no dio un gran nivel en general en aquel torneo. Aunque la España de Javi no fue capaz de pasar de otro empate ante Corea del Sur, que por entonces no eran ni profesionales. Tuvimos suerte porque nos cruzamos en octavos con el segundo del único grupo sin cabeza de serie real (ya que lo era USA por ser anfitrión); Suiza. Obviamente no tuvimos problemas ahí, pero en cuartos llegó el primer rival sólido: la, ala postre subcampeona, Italia de Baggio, Maldini, Baresi, Zola... Era demasiado para nosotros, pero lo peleamos y creo que la imagen dada nos hizo ser unos perdedores dignos. Aquel Mundial es el único momento en que Clemente consiguió hacer de alguna manera competitiva a la selección española, más a base de coraje que de una buena estrategia o de talento. Cometió errores, dio una de cal y otra de arena, pero es el único momento en que se pudo justificar al Clemente seleccionador.
S.E. EPISODIO II; LA GUERRA DEL CATENACCIOLa pena es que en el 94, 96 y 98 había jugadores en España para haber jugado a otra cosa, haber aprovechado mucho mejor las virtudes de los jugadores más talentosos de aquella generación. No es hasta 1996 cuando Clemente se ve obligado a hacer un cambio generacional en la selección, más que nada porque su vieja guardia ya están casi todos retirados o jugando en la liga japonesa, que si no lo mismo insistía. Pero ahí ya sí se lleva a la Euro a la mayoría de la generación olímpica. El problema es que a la mayoría los aburre en el banquillo para poder salir a jugar con 6 defensas: Belsué y Sergi en los laterales, tripleta de centrales con Alkorta, Abelardo y Nadal, y con Hierro de pivote. ¿Y arriba quién? ¿Quién va a ser? ¿Que no os lo creeis? Que sí, que sí. Otra vez el puñetero Julio Salinas que ya ni jugaba ni en un Sporting de Gijón que se quedó a dos puntos de descender y que al año siguiente ya estaba en la liga japonesa. Son los tiempos en los que el objetivo de la selección es acabar los partidos 0-0 y esperar el milagro de meter algún gol de rebote. Por entonces hay una racha record de partidos consecutivos de España sin marcar más de un gol en ningún partido.
En esa Eurocopa llevamos una buena lista de convocados donde solo había 2 puntos negros (Zubi y Salinas), el problema es que los buenos se quedaban en el banquillo, los puntos negros eran titulares y el sistema de juego en vez de adaptarse a las virtudes de sus mejores jugadores era un sistema pensado para la generación de los 80. Por eso España pasó su grupo segunda y por los pelos (solo un punto por encima de Bulgaria, con la que había empatado), y luego cayó en su primer cruce en aquel traumático partido contra Inglaterra que tan a fuego tengo grabado en mi memoria.
S.E. EPISODIO III; LA VENGANZA DEL PELOTARILlega el Mundial del 98 y misma historia. No teníamos malos jugadores para llevar, había varios chavales con pintaza como Raúl, Morientes, Joseba Etxeberría que venía de gran temporada, todavía no eran viejos los olímpicos Kiko, LE o Alfonso y luego secundados por veteranos como Hierro o Alkorta. De porteros se llevó a Zubi, Cañizares y Molina. Los dos últimos estaban de dulce, pero el titular fue Zubi, que para entonces ya hacía años que era el meme humorístico de España. Se veía venir y pasó, primer partido, contra Nigeria, y la primera en la frente. Favoritos por nivel, de hecho recuerdo que se celebró mucho que nos tocase un grupo fácil evitando a todas las selecciones consideradas "complicadas". Por entonces ya la selección no era tan ultradefensiva, pero porque ya no se sabía ni a qué jugaba, era un equipo de estos que un día da una cara y otro día da otra y que se va manteniendo gracias a individualidades de jugadores talentosos y España los tenía. Pero Zubi dijo aquello de "¡No contaban con mi astusia!"
El segundo partido Paraguay fue un equipo muy ordenado que tenía claro que si evitaba la victoria de España dependían de sí mismos para clasificarse. España a esas alturas era un equipo descompuesto, sin sistema, iban ya a la desesperada. Y no consiguieron marcar. El tercer partido sí, le metimos de 6 a Bulgaria, pero Paraguay tenía que empatar o perder contra una Nigeria que ya estaba matemáticamente clasificada como primera de grupo. Y Paraguay ganó. Y la era Clemente llegó a su fin. Dio una rueda de prensa de despedida echándole la culpa a todo el mundo excepto a sí mismo y vistiéndose de genio incomprendido. Sí, genio y figura. Cita textual: "Yo no he fracasado nunca. Esto es una circunstancia del fútbol que se da normalmente. En el plano personal yo no hubiera dimitido. Estos seis años han sido de la leche y serán muy difíciles de superar, pese a no haber ganado ningún título".
S.E. EPISODIO IV; AHORA SÍ... UNA NUEVA ESPERANZAAquel verano del 98 en el que un calvo argelino destrona en el olimpo del fútbol a O Fenomeno, en tierras de Castilla se presentaba al héroe de Cieza, el Sergio Ramos de su tiempo pero con cuerpo de muñeco Michelin, el sargento de hierro que venía a poner tiesos a las estrellitas de la noche madrileña. 22 días duró. Luego él y la Federación hicieron un Lopetegui pero a la inversa. No cayó muy bien en un principio. Primero porque acababa de cabrear a la afición mayoritaria en España y segundo porque el resto de aficionados no veía demasiadas diferencias entre el estilo Camacho y el estilo Clemente, basándose sobre todo en la imagen que daban ambos ante los medios, tíos de carácter fuerte, pelotas como zeppelines y talento limitado. Nadie esperaba que la España de Camacho fuese muy distinta de la España de Clemente. Pero sí que había diferencias. En lo personal, Clemente era el típico tío que dice odiar a la prensa pero le encanta salir a hablar hasta que sube el pan. Camacho también era un tío sin pamplinas, pero no era un borde ni le iban las conspiraciones. Eso quitó algo de tensión a las por entonces malísimas relaciones entre selección y prensa, lo que liberó en cierto modo a los jugadores. También había diferencias en el librillo de juego, Clemente era un talibán del catenaccio y aunque Camacho era muy fan del estilo de juego "por mis cojones" no lo relacionaba tanto con una estrategia defensiva, era más algo mental, en el campo era más capaz de adaptarse a las características de los jugadores que tenía en plantilla, algo que Clemente nunca quiso hacer.
Por eso fue toda una sorpresa cuando empezamos a ver jugar a la España de Camacho y, tras unos primeros tiempos titubeantes, vemos que se va consolidando un equipo que juega mucho más alegremente al fútbol, donde los mejores talentos individuales encajan mejor en el funcionamiento del equipo. A la Euro 2000 en Bélgica y Holanda llegamos con un equipo bien integrado donde por primera vez vemos unas convocatorias muy diversas que no albergan la más mínima sospecha de filias o fobias por parte del seleccionador, sencillamente van los que mejor están, y fueron tíos de un montón de distintos equipos. Además, había bastante rotación en las alineaciones según el rival y parecía algo muy bien entendido por el grupo. Una selección muy pragmática. Pese a ello, perdemos el primer partido contra Noruega. Un partido que recuerdo perfectamente que tuvimos todo el tiempo dominado pero no llegamos a mojar y al final mojaron ellos en una jugada aislada. Se nos complicaba la cosa porque en nuestro grupo estaba la Yugoslavia de Mijatovic, Stankovic, Mihaljovic, Milosevic (que fue pichichi del torneo)... entrenada por el legendario Boskov. En el segundo partido volvimos a dominar, esta vez a la Eslovenia de uno de los jugadores más en forma de aquel año, el mediapunta Zahovic, que tenía un guante en la zurda.
Y el tercer partido fue antológico, a vida o muerte. Triple empate a 3 puntos entre España, Yugoslavia y Noruega. Se contaba con la victoria noruega ante Eslovenia, así que había que ganar ante los yugoslavos sí o sí. Fue un partido de ida y vuelta, de poder a poder. 1-0 para ellos, empata Alfonso unos minutos después, vuelven a marcar ellos por la escuadra, empata a 2 Munitis también por la escuadra un minuto después, se acerca el final, nos dejan con un jugador menos y ellos se ponen 3-2, tiempo de descuento, en el 94 mete un penalty Mendieta de esos que tan bien tiraba él, rasito, con toda la frialdad del mundo y estamos ya en el 95, última jugada, Hierro balonazo desde el mediocampo al rebujón del área, toca una cabeza, se le queda de volea al que puso de moda las botas blancas, vamos Alfonsito me cago en mi puta vida, el portero no la ve bien, golazo, toda España salta, nos abrazamos, nos gritamos, sí joder sí, clasificados a la heroica... Creo que ese es el partido más memorable que recuerdo de España después de la final de la Euro 2008 y la final del Mundial 2010.
La ilusión tras ese partido estaba al máximo, el nivel de la selección in crescendo, España empezaba a creérselo por primera vez en décadas. Pero el cruce era contra el grupo de la muerte, el maldito grupo D, el grupo de Francia y Holanda, los dos superequipos del momento. Una, el cenit de la generación mágica oranje, me se el once inicial de memoria: Van der Sar, Bosvelt, Frank De Boer, Stam, Davids, Cocu, Seedorf, Zenden, Overmars, Kluivert y Bergkamp. Si era un puñetero equipo de dandys, coño, esos no jugaban al fútbol, jugaban al polo, que Bergkamp es el jugador más elegante que he visto en mi vida junto con Zidane. Y encima tenían físico, que Overmars era Usain Bolt y Davids una mula. Pero es que el otro equipo de ese grupo era aún mejor, la vigente campeona del mundo. Otro once de gala que también me se de memoria: Barthez, Thuram, Blanc, Desailly, Lizarazu, Vieira, Deschamps, Djorkaeff, Zidane, Dugarry (o Trezeguet) y Henry. Esos aparte de tener calidad, elegancia y físico también tenían algo más que Holanda; la solidez que te da el haber ganado antes. Pues estos últimos fueron los que le tocaron a España. Puta época de equipos legendarios. Andaba por allí también la Italia del mejor Totti que jamás se ha visto, Del Piero, Maldini, Nesta, Cannavaro... La Portugal de Figo, Rui Costa... De verdad, quien no la haya visto que se ponga aquella Eurocopa, porque para mi el Mundial 98 y la Euro 2000 son el pico del fútbol internacional de los 30 años que llevo siguiéndolo. Demasiado para un España que estaba empezando a salir del blanco y negro, del NoDo de Clemente. Y aún así se peleó y se pudo ganar aquel partido ante Francia. Pero por mucha ilusión que hubiese y muy bien que lo hiciésemos, sencillamente aquello en aquel momento estaba por encima de nuestras posibilidades. Aquel torneo no se pudo ganar el título, pero se ganó algo muy importante: confianza. Ahora sí, football's coming home...
S.E. EPISODIO V; EL SILBATO CONTRAATACALa ilusión generada en el 2000 con la nueva selección española se mantuvo imperecedera para la siguiente cita dos años después. Es más, el equipo, como suele pasar cuando se genera positivismo, ganó en solidez y sobre todo en esa confianza que nunca habíamos tenido. Pasamos el clasificatorio invictos y con la chorra y llegamos al Mundial 2002 no como favoritos pero sí con mejores sensaciones que nunca. Esas sensaciones se confirmaron al ver que la selección aplastaba a sus rivales como nunca lo habíamos visto antes en una cita internacional. Primer partido 3-1 a Eslovenia, segundo partido 3-1 a Paraguay, tercer partido 3-2 a Sudáfrica. Éramos un equipo ofensivo, muy alegre, con ganas de marcar goles, muchísima verticalidad con dos bandas muy abiertas y profundas y siempre dos delanteros arriba, sin miedo, que solían ser dos goleadores en su mejor momento como Raúl y Diego Tristán. El equipo seguía siendo un conjunto que funcionaba bien rotando e incluso variando algo el esquema según el rival, aprovechando más la velocidad y centros de Joaquín y De Pedro por derecha e izquierda o bien si convenía mantener más posesión poniéndole a Valerón, el regista de aquel equipo, la ayuda de un Xavi. Había también muchos jugadores de contención de garra y oficia muy polivalentes como Baraja, Albelda, Helguera, etc... Y en portería el ya por entonces santo Casillas. Era un equipo muy completo, con capacidad para muchas variantes y con jugadores muy bien mentalizados. Un grupo magnífico que solo se veía penalizado por ciertas dolencias de algunos jugadores que llegaron tocados como Raúl, Mendieta o la lesión a última hora de Cañizares con el famoso frasco de colonia.
Fuimos la mejor selección de la fase de grupos y llegamos a octavos con una creciente vitola de favoritismo. Ya en todos lados se empezaba a hablar de España con el respeto que nunca nos habían tenido. Esto ya era otra cosa. Este equipo ya sí había que tenerlo en cuenta. Y los españolitos empezamos a creer. Aquel era el año, ese iba a ser nuestro Mundial. El partido de octavos contra Irlanda fue mucho más rocoso. Se ve que los equipos empezaban a cogerle miedo a España y ya veían que la forma de jugarnos era encerrándose atrás. Ahí se anulaba la verticalidad de España y su juego de espacios. El partido acabó 0-0 y la tanda de penalties la salvó Casillas. Y en cuartos llegó el celebérrimo robo del siglo. Todavía los que vivimos aquello no hemos olvidado nombres tan difíciles de recordar como Al Ghandour. Nos tocó el anfitrión, Corea del Sur, que ya venía de robar a Italia en un partido donde expulsaron injustamente a Totti, no le pitaron un penalty y anularon un gol legal. El partido fue como el de Irlanda, un monólogo de España llegando una y otra vez a la portería rival, solo que esta vez hubo que luchar también contra los silbatos. En la segunda parte anulan un gol legal de Baraja, en la prorróga anulan un gol legal de Morientes que habría sido gol de oro, pita dos fueras de juego inexistentes en los que Joaquín se quedaba solo ante el portero... Trece años después fue detenido por corrupción y soborno Jack Warner, el encargado de la FIFA de designar al árbitro y al asistente de este partido. Más claro, agua. Aquella España era la España que todos habíamos esperado toda la vida. Pero nos robaron esa posibilidad y acabamos yendo a la lotería de los penalties que esta vez no salvó Casillas. Yo estoy convencido de aquella selección habría tenido muchas posibilidades de campeonar. Pero el fantasma de los cuartos volvió a aparecer para cercenar de un tajo la ilusión. Camacho se marchó, el trabajo de 4 años se fue al garete y entre los sentimientos de sentirse estafado y de que se había acabado una generación, un país entero volvió a perder la fe.
S.E. EPISODIO VI; EL RETORNO DEL POZOComo ya digo, la sensación en aquel momento era de haber caído desde lo más alto a lo más bajo en un segundo, sensación de hastío, de que ya habíamos agotado todas nuestras esperanzas y siempre íbamos a caer en la mierda, por lo civil o por lo criminal. El pozo del que no se sale nunca. Una visión amarga y negra que nos mandaba de vuelta a lo más hondo. La Federación pensó que esta vez sí era el momento de romper con todo y dar un cambio drástico. Como no había esperanza ni expectativas ninguna, no había que preocuparse por hacer borrón y cuenta nueva, meter fuego a la casa y construir desde las cenizas. Así llega Iñaki Sáez, ascendido desde la sub-21.
A priori la gente no vio mal que Sáez empezase a cambiar a los zidanes por pavones, total, nadie esperaba nada. Así es como la selección se llenó de Raúl Bravo, Gabri, Juanito y esos son los más conocidos y que más perduraron, porque hubo muchos otros pavones que fueron en aquella época y de cuyo nombre no se acuerdan ni en su casa. Daba la sensación de que cualquiera podía ir a la selección mientras fuese joven. El tema era renovar, pero sin orden ni concierto. Porque Sáez no tenía ningún plan de juego ni tampoco puñetera idea de cómo entrenar a un grupo de élite. Pronto los gallos del corral lo tomaron a coña. Y entonces ni funcionaban los grandes jugadores que se apropiaron del vestuario ya que a a falta de capitán manda marinero, ni funcionaban los nuevos jóvenes que sencillamente no daban nivel para ir a la selección. Es la España más mediocre de talento que recuerdo o al menos la que peor funcionaba de todas, y eso que yo viví toda la época de Clemente que ya he narrado. Pero aquello era otra cosa, un nivel de amateur. Por eso no conseguimos pasar en el clasificatorio y tuvimos que jugar una repesca.
Nos tocó el grupo del que salieron los dos finalistas. Pero es una excusa algo engañosa. Si he dicho que el Mundial 98 y la Euro 2000 son para mi el pico de nivel de fútbol internacional, aquella Euro 2004 fue el suelo de nivel. España hizo el ridículo no pasando de grupo, pero no fue la única selección importante que pegó el petardazo. Alemania, Italia y Croacia también cayeron en fase de grupos. Solo unas muy envejecidas Portugal y Holanda dieron una imagen mínimamente aceptable, sin destacar. Casi todos los partidos eran 1-0 o 0-0 y a penalties. Las mejores selecciones de aquel torneo fueron la República Checa de Nedved y la Grecia del catenaccio, que daban ganas de cortarse las venas viéndola jugar pero que conseguía milagrosamente salir sin goles encajados de sus encuentros y eso fue la que la llevó a campeonar. Nunca se ha vendido tan barata una Eurocopa. En fin, en la Federación se dieron cuenta de aquello no estaba funcionando y le dijeron al bueno de Iñaki "mira, mejor te vuelves a la sub-21".
S.E. EPISODIO VII; EL DESPERTAR DEL TIKITAKAPese a todo, Sáez sí hizo algunas cosas buenas al ser valiente de introducir a algunos jóvenes en la selección. No funcionó, pero abrió un camino del que luego se aprovechó el siguiente seleccionador para hacer historia. Todo el mundo veía que a aquella selección le faltaba un comandante. Empezaba a ser notorio el secuestro que algunos gallos del vestuario habían ejercido. La Federación llamó a un tío con el culo pelao pensando que sería el único con cojones para poner en orden aquello o autodestruirse en el intento. Nunca tuve en alta estima como entrenador a Luis Aragonés. Para mi era un entrenador capaz de lo mejor y lo peor, también lo veía un tío muy voluble. Pero se ve que aquello le cogió, primero, en un buen momento y, segundo, con nada que perder.
Tampoco me convenció mucho en sus primeros años en la selección. No parecía haber un sistema de juego claro, tampoco eran muy coherentes ciertas decisiones. Y de hecho a España le costó clasificarse para el Mundial 2006. La lista también fue polémica, se llevó a mucho jugador de su Atleti (el triple que jugadores del Barça o del Madrid) pese a que aquella temporada el Atlético había acabado décimo en liga. Lo que sí es cierto es que empezó a quitar poco a poco a gente de la vieja guardia hasta que solo quedaron Raúl y Cañizares. El resto era un nuevo grupo que por entonces parecía un poco raro y no terminaban de cuajar juntos ni de saberse a qué quería jugar porque un día parecía que apostaba por una cosa y otro día por otra.
Sin embargo, la fase de grupos sí que la empezó muy bien. Desde que Luis llegó en verano de 2004 no se había visto a la selección tan bien. De repente, empezaron a funcionar. 4-0 en el primer partido a la Ucrania de Shevchenko, 3-1 a Túnez y 1-0 a Arabia Saudí permitiéndose jugar con los suplentes para dar descanso a los titulares. Nadie esperaba nada de España visto el clasificatorio previo, pero de golpe y porrazo la gente empezó a pensar que quizá no estábamos tan mal. Por fin en esos tres partidos se vio también una idea fija de juego, parecida al juego alegre de la selección de Camacho, pero con más énfasis en el dominio del centro del campo gracias a una confianza tremenda que tenía Luis en Xavi, un jugador que siempre se había sabido de enorme talento, heredero natural del guardiolismo, pero que a la vez también cargaba con una mala fama de pechofrío, de jugador irregular que no termina de ser lo que se espera de él. En mi opinión fue Luis quien cambió a Xavi, le dio la manija de la selección, le hizo crecer en confianza y Xavi ya nunca volvió a ser el pechofrío sino que comenzó a ser, y ya para quedarse, el mejor regista de la historia de España.
En aquel Mundial también comienza el problema de Raúl. Eran los tiempos en que una parte del Bernabéu lo llamaba Baúl o El Intocable. Hacía un par de años que había dejado de ser lo que era, cada vez daba más impresión de arrastrarse por el campo, le faltaba velocidad, iba a otro ritmo distinto del de sus compañeros. Y eso en un Madrid con muchos veteranos. En una selección española de chavalitos, desentonaba aún más. Pero era el capitán de club y selección y había aprovechado momentos de debilidad en el cargo de entrenador tanto en club como en selección para hacerse el dueño y señor de puertas para adentro, era un cacique que utilizaba las técnicas aprendidas del maestro Hierro para perdurar en su puesto tanto en uno como en otro sitio. Así que Luis decidió empezar el Mundial con él en el banquillo. De hecho, salió contra Arabia con los suplentes. Mandaba un mensaje tremendo.
Lo que nunca sabremos es qué pasó para que Luis le devolviese la titularidad a Raúl en los octavos contra Francia. Era una Francia viejuna, que tiraba más de recuerdos de buen fútbol que de actual estado de forma. Y nosotros nos estábamos viniendo arriba, "íbamos a retirar a Zidane"
Pero al final Zidane nos retiró a nosotros de la competición. Fue nuestro peor partido y también un punto de inflexión para Francia, que había hecho una mala fase de grupos pero que tras este resultado se empezó a crecer y acabó llegando a la final con más oficio que fútbol. Allí Matterazzi los troleó y el resto es historia. De todas formas, había buenos equipos en aquel mundial, no superequipazos pero Argentina, Brasil, Inglaterra y Portugal no estaban mal y podían haber apeado a España en otro cruce, y luego sobre todo dos equipos muy sólidos que se enfrentaron en la final anticipada, otro de esos partidos que tengo grabados en mi memoria de principio a fin, Alemania vs Italia. Los que lo vimos sabemos que ese partido le dio un balón de oro a Cannavaro. En mi vida había visto una exhibición tan espectacular desde la defensa, cortándolo todo, subiendo el balón, estando en tooooooodos sitios...
Otra de las razones por las que también recuerdo mucho aquel Mundial es por la cobertura de la Sexta y del muy criticado Andrés Montes. Para mi ya era un ídolo por sus retransmisiones de la NBA y no me defraudó. Popularizó a nivel de masas un lenguaje y unos conceptos que ya son inmortales. La mayoría no sabíamos que estaba dando sus primeros pasos un equipo de leyenda con un estilo propio que marcaría una época, pero en el micrófono de Andrés él ya tenía claro que había despertado el tikitaka...
Me ahorro el resto de episodios porque lo que luego aconteció creo que ya es de dominio público. Así que hasta aquí mis historias del abuelo cebolleta
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